Autora: Dra. Gilma E. Garrido

Fecha:

Categoría: Actualidad

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Vladdo  Hiperkinético, ‘cero deportista’ y anticonformista

Vladdo Hiperkinético, ‘cero deportista’ y anticonformista

El caricaturista oriundo de Armenia, ganador de cinco premios nacionales de periodismo y creador de la famosa Aleida, se dejó entrevistar por Equilibrium medicina biológica y natural

Al llegar a su apartamento, se puede advertir quién es ese famoso caricaturista colombiano.

Una foto, de pared a pared, tomada en una redacción de un periódico parisino, un muro en el que se pueden escribir críticas políticas, diversas imágenes de Aleida, muchas fotografías con su hija Sofía, y hasta un Superman que levanta su mano en un gesto de victoria forman parte de la reveladora decoración del rincón de Vladdo.

Sentado en el sofá frente a nosotros conversó un poco de sí mismo.

Es tanguero, pero también le gusta Shakira y los Rolling Stones. Es “coautor de una hija”, y, además de caricaturista, es diseñador, escritor e ilustrador.

¿Cómo es Vladdo?

Es difícil decir quién soy, aunque todo eso que usted dice es verdad. Me gusta mucho leer cuando no estoy trabajando, también me gusta el cine, y de todos los géneros, exceptuando el de las artes marciales.

Soy tranquilo, no soy deportista, mejor dicho, soy cero deportista. En cambio, siempre estoy conectado a internet, especialmente a Twitter. Tengo muchas reuniones y una vida ocupada, pues siempre hay cosas por hacer.

En sí, soy bastante hiperkinético. No sirvo para quedarme tranquilo haciendo una sola cosa.

A usted lo acompañan varios premios, entre ellos a la excelencia en diseño gráfico y en periodismo a través de la caricatura, otorgado por la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP). ¿Los ha merecido por sus caricaturas?

Eso fue lo que me informaron cuando recibí cada uno de ellos, pero no me corresponde a mí hablar sobre el asunto.

¿Cómo llega una persona al lugar donde usted está: escribir y dibujar sin miedo? O ¿sí lo asusta este país?

No son temas que uno se proponga, son solo maneras de ser. Yo he sido contestatario e inconforme toda la vida, no me resigno a muchas cosas de las que pasan. Tampoco me las doy de valiente, pero procuro no pensar en las implicaciones de lo que hago.

¿Antiuribista, antigobiernista o apolítico?

Los caricaturistas, por norma general, somos antigobiernistas, pero no soy apolítico, porque tengo posiciones claras frente a la política; además, el tema es de todo mi interés.

Yo siempre me comparo con los oncólogos, a quienes les interesa el cáncer, estudian la enfermedad, buscan tratamientos y tratan de controlarla, pero no se quieren enfermar. En este sentido, es igual que ser caricaturista, es decir, existe una relación cercana con la política, pero no me interesa ejercerla.

Hablemos de las mujeres de su vida. Empecemos por su relación con Aleida, que es un enigma. Uno puede pensar que usted ha estado rodeado de muchas mujeres y por eso sabe cómo piensan, o que usted tiene un lado femenino muy desarrollado. ¿Cuál de las dos?

Las dos cosas. Esta sociedad considera valientes a las mujeres que hacen mil cosas de hombres, pero, si los hombres hacemos cosas de mujeres, somos unos “maricas”. Yo me opongo a esa dualidad y a esa simplificación.

Nosotros tenemos derecho a dejar salir el lado femenino, pues nadie es 100% de un solo género. Lastimosamente, en una sociedad machista como la nuestra eso tiene una lectura diferente, cuando en realidad la diferencia entre géneros es menor a la que nos pintan.

Fuera de esto, siempre he estado rodeado de mujeres y he tenido excelente relación y comunicación con ellas.

¿Aleida ya lo mantiene?

No todavía. Ojalá algún día suceda…

Dice Aleida: “Desde Adán y Eva somos las mujeres las que protagonizamos las historias, pero son los tipos los que las escriben”.

¿Comparte usted está visión?

No me detengo a pensar en ello, pero sí creo que, en esta y cualquier sociedad, las mujeres deben ser tratadas igual que los hombres, ni mejor ni peor por ser mujeres.

Ellas deben ser valoradas por sus capacidades. Obviamente, como sociedad colombiana aún no hemos llegado a ese punto.

Otra gran mujer: Sofía, su hija, hecha a su imagen y semejanza, quien tiene todo su ADN, pero ¿qué tiene de usted como persona?

Ella ha aprendido a manejar el sarcasmo y la ironía, ha aprendido a tomar del pelo y es muy rápida mentalmente, en eso nos parecemos mucho.

Sus comportamientos, desde que tenía tres años, se perfilaban como muy femeninos, aunque todavía no es un referente para Aleida, porque a ella no le han tocado, todavía, esas vicisitudes.

Tenemos una relación muy cercana, de complicidad, jugamos mucho, nos tomamos del pelo. Es una niña de mucha sensibilidad, la tiene a flor de piel. Es mi principal motivación. delicioso

También hablemos de Lina, su nuevo amor. ¿Qué le ha aportado a su vida, además de amor fiel y un silencio delicioso. 

Lina llegó porque Sofía quería una mascota y a mí me empezó a rondar la idea, hasta que decidí adoptar una. Un día, en una veterinaria me dijeron que habían dejado una perrita abandonada, tenía dos meses, era muy pequeña. Cuando la conocí, me enamoré de ella y me la traje.

¿Cómo es la vida de uno de los caricaturistas más famosos?

Realmente, no tengo rutinas, ni nada por el estilo. Suelo caminar con frecuencia por las diligencias que tengo que hacer y porque todo me queda cerca. Pero lo que sí no hago es estresarme mucho.

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