La pesadilla de tener acné

El acné vulgar es una enfermedad de la piel que se caracteriza por la presencia de puntos negros y blancos, pústulas, pápulas, nódulos o quistes inflamatorios. Estos son el resultado de la obstrucción, la inflamación, la posible infección de las unidades pilosebáceas, el aumento de producción de sebo y la proliferación de Propionibacterium acnes.

Más frecuentemente se encuentran en cara y cuello, aunque también es común en espalda, pecho, brazos y nalgas. Tienen una mayor incidencia en la adolescencia pues incrementan las hormonas que aumentan la producción de sebo e inducen una mayor proliferación de células de la piel. Otros desencadenantes comunes son el uso de cremas inadecuados para tu tipo de piel, algunos cosméticos y medicamentos como los corticoides, litio y esteroides. En las mujeres, otros cambios hormonales como el ciclo menstrual o el embarazo, también pueden contribuir a la aparición de acné.

Otro factor comúnmente conocido es el tipo de alimentación, aunque hoy en día es una causa controversial, pues se habla de la susceptibilidad personal a cada tipo de alimentos, como los lácteos o el consumo con alto índice glucémico. ¡Es hora de redimir al chocolate y tener hábitos alimenticios acorde a tus necesidades!

Las complicaciones más frecuentes del acné vulgar son la pigmentación pos-inflamatoria y la formación de cicatrices. Por lo tanto, los objetivos principales en el tratamiento son la eliminación de lesiones cutáneas, la prevención de formación de cicatrices y el control de recidivas.

Inicialmente, se debe esclarecer la causa del acné para dar un tratamiento adecuado desde su origen. Un abordaje común es el uso de derivados de vitamina A, pero no son aconsejables por la gran carga que ejercen sobre el hígado.

Los medicamentos biorreguladores vía oral y endovenosos son un método seguro y eficaz para el tratamiento. Se parte de la detoxificación hepática, dado que la piel y el hígado utilizan el mismo sistema de detoxificación. Adicionalmente, se acompaña de limpieza facial que debe ser hecha por un profesional, de medicamentos tópicos y una adecuada rutina de cuidados diarios de la piel.

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