Autora: Dra. Gilma E. Garrido

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Categoría: En Armonía

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¡Atrévete a soñar!

¡Atrévete a soñar!

Por: INKNOWATION- Transforming Organizations Through Innovation

Si te preguntas a ti mismo cómo quisieras que fuera tu futuro, es fácil que tu respuesta sea “no lo sé, no tengo ni idea, lo que sí sé es que no quiero que me ocurra…” Lo normal es decir lo que te gusta y no te gusta de tu presente, y si te detienes a pensarlo, de lo que te das cuenta es de lo que te gustó y no te gustó de tu pasado. Sin embargo, es más que probable que la incógnita de lo que deseas para tu futuro permanezca.

En general desde pequeños nos enseñan una multitud de conocimientos, pero no nos enseñan a confiar en nosotros mismos. Creer en ti y tener claro lo que quieres puede ser tildado por muchos por prepotencia: “Lo que hay que hacer es trabajar duro, sacrificarse y aceptar su destino. Soñar despierto es una pérdida de tiempo…”

Fecha a los sueños

La forma de conseguir tu meta es soñar con lo que quieres, ponerle fecha de caducidad a tu sueño y luego trabajar para alcanzarlo.

Te puede ir muy bien en el futuro, todo depende de lo que tú creas. Lo primero que debes hacer es tomar conciencia de algunos sencillos conceptos, entenderlos y ponerlos en práctica.

Zona de confort

Esta es la zona metafórica donde estas cuando te mueves en un entorno que dominas; en ella las cosas te resultan conocidas, sean agradables o no. Por ejemplo, estar todos los días atascados en el tráfico es estar dentro de tu zona de confort porque es lo que conoces; que tu jefe te moleste en la oficina es zona de confort porque es lo que conoces; que disfrutes o pelees con tu pareja es zona de confort porque es lo que conoces.

Tus hábitos, tus rutinas, tus habilidades, tus conocimientos, tus actitudes, tus comportamientos son también parte de tu zona de confort.

Zona de aprendizaje

Esta es la zona a la que sales para ampliar tu visión del mundo, y lo haces cuando aprendes nuevos idiomas, viajas a países desconocidos, tienes nuevas sensaciones, enriqueces tus puntos de vista, modificas tus hábitos, conoces otras culturas o te encuentras con nuevos clientes. Es la zona donde le das el tiempo necesario a observar, experimentar, comparar y aprender. Hay personas a las que esto les apasiona y por ellos frecuentan sus zonas de aprendizaje. En cambio a otros les asusta y para evitarlo se mueven únicamente en su zona de confort; salir de ella lo consideran un peligro.

Zona de pánico o de no experiencia

Aquellas que nunca quieres transitar, con el argumento de que es la zona donde pueden ocurrirte cosas muy graves. “¡Más allá se acaba el mundo! ¡No salgo porque será terrible! ¿Y si te sale mal?”

¿Y si te sale bien?

Esto último lo dicen solo quienes consideran que esta zona es en realidad la zona mágica, la zona donde te pueden ocurrir cosas maravillosas que aún no conoces. Es la zona de los grandes retos. Hay personas que creen que si salen a la zona mágica no podrán volver atrás, que  su zona de confort desaparecerá. Esto es falso, “al salir” lo que sucede es que extiende su zona de confort y aprendizaje.

Cambiar no quiere decir que pierdes lo que tenías, significa que añades. El cambio es en realidad desarrollo.

Esto podría parecer miedo a lo desconocido, pero en realidad es miedo a perder, a perder lo que tienes o, aún peor, a perder lo que eres.

Tensión emocional y tensión creativa

Operan como dos fuerzas opuestas: la primera tirará de ti hacia tu zona de confort, y la segunda te hará avanzar hacia el exterior. Para poder avanzar tendrás que conseguir que tu motivación salga victoriosa frente a tus miedos; debes, por lo tanto, trabajar la tensión emocional, especialmente los miedos que provoca el salir de la zona de confort: miedo al que dirán, miedo a fallar, miedo al ridículo y a la vergüenza. Deberás reconocerlos y enfrentarlos.

¿Cómo puedes hacerlo?

Cree en ti, tú eres el protagonista de tu vida, lo que tú no decidas probablemente lo harán otros por ti. Al manejar correctamente tus miedos crecerá tu autoestima; esta te dará una nueva visión de la realidad llena de oportunidades y así podrás elegir mejor tu objetivo, tener claro cuál es tu sueño y buscar un qué, que te motive. Luego compararás tu punto de partida con tu destino y será fácil que sientas como si te encogieras. Es normal. Estarás tomando conciencia de lo que te falta por aprender.

Seguir los sueños

En cuanto transformes tus prejuicios, confíes en ti y en tus sueños y entiendas por qué y para qué los visualizas, habrá llegado el momento para pasar a la acción y dejar atrás tu zona de confort; experimentarás el placer de empezar a seguir tus sueños.

Puede que al principio te sientas poco competente y vulnerable, que pienses que es arriesgado. No pasa nada, eres humano y no lo sabes todo, estas aprendiendo, estas avanzando hacia tu sueño.

Lo que te falta para comenzar a recuperar tu sensación de competencia es volver a tu zona de confort por los recursos personales que, sin duda, tienes y que con las prisas olvidaste utilizar. Toma los necesarios, ten paciencia con tu preparación, ten confianza en tu objetivo, prepara bien tu estrategia, sé perseverante y positivo y, ¡antes de lo que te imaginas tu sueño se habrá hecho realidad!

 ¿Te atreves a soñar?

 Más información

www.inknowation.com

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