Vitamina D: la vitamina del sol

De todas las vitaminas que nuestro cuerpo necesita la vitamina D es la única que nos da el sol. Antes hemos hablado de lo importante que es cuidarnos de la exposición al sol, esta vez hablaremos de una de las recomendaciones para asolearnos. Pero no se preocupe, no es contradictorio, es saber llevar todo a su justa medida.

Nuestra principal fuente de vitamina D es la exposición al sol, gracias a los rayos UV nuestro cuerpo es capaz de generar esta vitamina. Las fuentes de vitamina D en los alimentos son pocas y esas pocas que tenemos no se absorben tan bien en comparación a la generada por la exposición solar. Algunas fuentes en nuestra alimentación son el aceite de hígado de bacalao, salmón silvestre, atún silvestre, trucha arcoíris, leche entera, huevos, y champiñones.

Es un déficit, que a pesar de tener una buena alimentación es cada día más común. En los meses de invierno y el uso de los bloqueadores solares no permiten que nuestra piel reciba los rayos necesarios. Además, aquellos de piel oscura tienen un mayor riesgo de déficit pues su contenido de melanina no permite que los rayos del sol penetren la piel.

El requerimiento diario de vitamina D es de 600 unidades diarias. Aquí es donde debemos llegar a un balance entre los riesgos que implica exponernos al sol y la necesidad que tenemos de hacerlo. Lo recomendado para alcanzar los niveles de vitamina necesarios es: exponer un área significativa de nuestro cuerpo, dígase el uso de pantalones cortos o la espalda, de 10 a 20 minutos al día a la luz directa, sin uso de bloqueadores ni a través de ventanas. Para evitar quemarnos, tome el sol en horas de la mañana o en la tarde, evitando las horas más fuertes del sol, y no exceda el tiempo de exposición.

El déficit de vitamina D puede interferir en el adecuado funcionamiento de algunas hormonas, así como puede producir un mal desarrollo óseo en los niños o generar osteoporosis en los adultos. Algunos síntomas son: dolor muscular y sensación de debilidad, altos niveles de colesterol, hipertensión arterial, manifestaciones renales, alergias, manifestaciones cutáneas, aparición de caries, depresión, infecciones, y problemas de salud crónicos.

Recuerde que, aunque esté con síntomas similares o considere tener factores de riesgo, la única forma de saber en realidad cuales son nuestros niveles de vitamina D es haciéndonos una prueba en sangre de Vitamina D3. Ante cualquier duda no dude en preguntar a su médico biológico de confianza para suplementar con Dk mulsión de acuerdo sus resultados.

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