Autora: Dra. Gilma E. Garrido

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Categoría: Recomendado

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Un Edén llamado Isla Gorgona entre contrastes y coincidencias

Un Edén llamado Isla Gorgona entre contrastes y coincidencias

Tener como destino turístico la isla Parque Nacional Natural Gorgona es, sin duda, identificar a los viajeros que prefieren lugares plenos de tranquilidad, con una integralidad entre la riqueza de la fauna marina, la flora nativa, la exótica belleza de las playas y, por supuesto, la negación total y consciente del mundanal consumo del comercio.

El nombre de la Isla Gorgona nos remonta a la mitología griega. Además de coincidir con la denominada hija de las deidades marinas Forcis y Ceto, la mitología cuenta que las gorgonas eran tres hermanas que compartían un diente y un ojo entre ellas, tenían serpientes en lugar de cabellos y el poder de transformar en piedra a quien las mirase (una de ellas llamada Medusa). De ahí que cuando los que descubrieron la isla la encontraron tan llena de serpientes venenosas que en asocio con la leyenda la llamaron Gorgona.

Un poco de historia de la Isla

En el año de 1970 se transformó en una de las prisiones más crueles y terroríficas de Colombia. Así como para los antiguos la gorgona fue un monstruo del inframundo, en las ruinas de la prisión se evidencia la práctica de los castigos más monstruosos de la barbarie y la tortura que registra la historia del país. En nuestro caso nos diferenciamos de los ideólogos de la antigüedad quienes afirmaron que “la gorgona fue creada del terror”; mientras nosotros podemos afirmar que la Gorgona colombiana fue creada para el terror.

En total se estima que estuvieron presas unas 25.000 personas procedentes de todo el país. El número de víctimas de enfermedades, humedad, mala sanidad, trabajos forzados, tortura, mordidas de serpientes, experimentos médicos y fusilamientos, se estima en unas 5.600.

La vieja edificación, al estilo y copia de las de los campos de concentración nazis, ha sido poseída bellamente por la naturaleza con sus plantas nativas y exóticas.

Recorrer las ruinas es observar y sentir los pisos cubiertos de un tapiz verde, techos con plantas sostenidas en el aire, paredes con raíces aéreas aferradas en formas de cuerpos entrelazados y ventanas con marco propio en las que su recuadro interno es un paisaje de vegetación con múltiples verdes naturales; imágenes que bien pueden ser captadas por quienes aman la fotografía paisajista.

Solo así vale la pena percibir esta enrarecida y pesada humedad de la prisión, la cual es tutelada por una fiel testigo: la Virgen del Carmen, quien vestida de verde húmedo bendice a quienes traspasan la significativa reja de la entrada y convoca a sus moradores actuales y a quienes la visitan ocasionalmente, a profundizar en sus entrañas.

Entretenido descanso

Disfrutar unas vacaciones en Gorgona, no es para todo el mundo. Se puede ser amante del paisaje y del ambiente, pero este lugar es para aquellos que saben escuchar la naturaleza, aman el silencio y se interrelacionan con todos los ecosistemas.

Es impregnarse de la total tranquilidad y la belleza que posee la isla con el agradable paisaje frente al mar. Allí los más sensibles a la naturaleza pueden disfrutar y sentir “los sonidos en medio del silencio”, solo interrumpido cuando se detiene a interiorizarlo y sintonizar el oído con las melodías que ofrecen miles de insectos, infinidad de chicharras que al unísono con la variedad de aves, micos y murciélagos producen un ininterrumpido, agudo y terapéutico concierto.

Un lugar que rompe esquemas

Gorgona es un lugar distinto para hospedarse, en el sentido de que allí no hay un hotel tradicional. Sin perder la civilidad, no cuenta con las comodidades de la modernidad (televisor, internet, celular, etc.,), solo se encuentran los servicios básicos que el ser humano requiere para vivir, es decir, los que ofrecen bienestar y descanso, mientras se puede olvidar el mundo exterior y las tecnologías.

La construcción de lo que se denomina “el poblado” es pequeña, adecuada a lo ecológico y ambiental, acorde con la demanda de visitantes y nativos de la región. La disposición de las instalaciones se encuentra en forma nucleada como un pequeño poblado, en el que se integran la administración, la enfermería, una tienda de comestibles y artesanías, las casas y módulos que conforman las habitaciones, los dormitorios del personal de servicios, pasantes universitarios, voluntarios e investigadores de fauna y flora marina.

La agradable sensación de estar en un poblado en donde sus casas colindan con la de los vecinos, la estrecha cercanía de los murmullos de quienes la habitan, obliga a romper las prevenciones citadinas y a establecer una familiaridad entre “vecinos” y “vecinas” que invita al saludo mañanero, el cual se brinda desde la fresca mañana con que se inicia el día.

Caminatas

Durante la estadía en la isla el tiempo pasa veloz. En el día se programan caminatas ecológicas que duran aproximadamente tres horas. Por ser una isla montañosa existen tramos en los que se asciende o se desciende por senderos empinados muy estrechos, se atraviesan arroyos y quebradas de aguas cristalinas de las que se puede beber con total confianza, ya que bajan puras de la parte alta.

La caminata se hace inolvidable por la atractiva posibilidad de conocer y comprender el comportamiento de los bosques y la fauna silvestre, el hábitat de especies de aves, serpientes, mamíferos y reptiles como el lagarto azul, especie única de la isla, lamentablemente en vía extinción.

Playa Palmeras

Una de las caminatas conduce hacia Playa Palmeras, por un sendero que parte del poblado en dirección norte de la isla, ascendiendo por la montaña y teniendo como barrera izquierda la pared profunda del mar con sus fiordos y arrecifes.

A la hermosa y amplia playa se llega para nadar y descansar justo antes de que inicie a subir la marea. El regreso se hace en una cómoda y amplia lancha dispuesta para todo el grupo de caminantes.

Snorkeling y el buseo en Yundigua

Otro recorrido conduce a un sector encantador de la isla denominado Yundigua, en donde se observa y aprende acerca de la variedad de peces y otras especies propias de arrecifes de coral, que dan la sensación de un encantamiento dentro del mar. Utilizar la máscara y el tubo para sentir que se respira dentro del mar sin dificultad, es una de las máximas sensaciones que hacen olvidar por un momento que se es terrestre, que existe un tiempo y un espacio.

Abrazar los cardúmenes de peces que van en bandadas de colores e invitan a irse entre ellos, conocer de cerca la morena -especie de serpiente marina-, la mantaraya, las tortugas gigantes, los erizos, miles de peces de rayas de variados y eléctricos colores es otra atracción inigualable que brindan las profundidades del océano que circunda la zona.

Con la visita a Gorgona deben quedar enseñanzas que sean transformadoras de conductas y comportamientos, no solo para aplicarlas en la isla, sino también para cualquier lugar del planeta en el que habitemos y nos encontremos. De igual manera, de Gorgona sacaríamos aprendizajes si nos peguntáramos a nombre de la Tierra ¿qué pasaría si un día todos nos aisláramos del mundo exterior, de los aparatos electrónicos, y se interrumpieran las telecomunicaciones en todo el mundo? ¿Será la humanidad capaz de sobrevivir y habitar un mundo sustentable y justo si no se ve a sí misma como parte de la naturaleza?

Ser ambientalista es aprender de Gorgona y seguir transformando comportamientos con la Tierra, que en millones de seres humanos aún no se han interiorizado.

Cuándo ir

La época predilecta para visitar este paraíso se presenta entre junio y septiembre, cuando las ballenas, quienes buscan las aguas tibias del trópico, se dejan observar de cerca con sus ballenatos, ofreciendo un hermoso y singular espectáculo. Sin embargo, en cualquier época del año Gorgona abre las puertas de la naturaleza para usted.

Costos

Un plan de estadía de 5 días, 4 noches en la Isla Gorgona, en fechas especiales, tiene un precio por persona de $1.940.842 en habitación doble, y $1.697.242 en acomodación múltiple.

Incluye: vuelo fletado Cali – Guapi – Cali, impuestos, traslado al aeropuerto de Guapi, transporte en lancha por el Océano Pacífico al Parque Nacional Natural Gorgona, alimentación y entrada al parque.

En temporada baja oscila entre $500.000 y $800.000 e incluye: alojamiento, alimentación y caminatas. No incluye transportes aéreos, marítimos y seguros.

Más información
www.aviatur.comCalle 19 No. 4–62
Teléfonos: (1) 58751 81 – 587 51 82
cristhian.osorio@parquegorgona.com.co

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