Autora: Dra. Gilma E. Garrido

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Categoría: En Invitado

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Terapia microbiológica en patologías neurodegenerativas

Terapia microbiológica en patologías neurodegenerativas

Las patologías neurodegenerativas son enfermedades que se caracterizan por la pérdida progresiva e imparable de neuronas en áreas concretas del cerebro o dicho de otra manera, se origina por la muerte o necrosis neuronal. Por ejemplo, la sustancia negra en la enfermedad de Parkinson o las motoneuronas en la esclerosis lateral amiotrófica.

Hoy día se conocen más de 100 enfermedades neurodegenerativas; la de Alzheimer, Parkinson, Huntington, y la esclerosis lateral amiotrófica son las de mayor impacto por su frecuencia y sus efectos nocivos sobre la calidad de vida del paciente, sus cuidadores y sus familias.

Cada vez se investiga y descubre más acerca de los mecanismos causales de la muerte neuronal.
Dentro de los factores de riesgo para desarrollar la enfermedad neurodegenerativa se consideran relevantes los polimorfismos genéticos y el aumento de la edad.

Respuesta en las terapias biológicas

Hasta el momento la mejor opción de abordaje para estas enfermedades radica en las diferentes terapias biológicas capaces de realizar un planteamiento integral y causal de la enfermedad.

Dentro del abanico de posibilidades se encuentran la medicina china tradicional, la terapia neural, la medicina de regulación fisiológica y la medicina ortomolecular, entre otras.

En ocasiones se logran resultados sorprendentes y otras veces se consigue detener la muerte de las neuronas, un logro muy valioso pues no existe tal opción en la medicina ortodoxa.

Las neurociencias nos señalan que «el cerebro tiene una gran capacidad de reorganización y plasticidad», por lo tanto tenemos que tomar ventaja de ello e implementar un manejo holístico que parta fundamentalmente de una completa historia clínica donde debe participar el paciente y los miembros más allegados a él, haciendo énfasis especial en antecedentes tóxicos y su emocionalidad, de manera que nos permitan definir el tratamiento ideal, el cual incluye:

– Educar en una alimentación trófica (ciencia que estudia la nutrición de los músculos, la sangre y las células. Cuidando y mimando el cuerpo, la mente y el Espíritu).
– Realizar una adecuada higiene intestinal a través de hábitos alimentarios positivos.
– Aplicar terapia neural, acupuntura y sueros con oligoelementos.

Posibles factores de riesgo y etiológicos

– Género (más en varones)
– Condiciones endocrinas
– Estrés oxidativo
– Inflamación
– Hipertensión
– Diabetes mellitus
– Tabaquismo
– Trauma craneoencefálico
– Depresión
– Infección
– Tumores
– Deficiencias de vitaminas
– Condiciones metabólicas e inmunes
– Exposición a químicos.

Actualmente se reconocen los factores ambientales, entre los cuales está la intoxicación por metales pesados, como los agentes más significativamente asociados a estas patologías.

Tratamiento integral

Busca actuar sobre los factores etiológicos:

Según la filosofía de la medicina china tradicional es fundamental realizar desintoxicación intestinal a través de colonterapias con café o enemas de café; tener adecuados hábitos alimentarios que garanticen un óptimo funcionamiento intestinal con extractos de verduras y consumo de alimentos específicos (zumo de zanahoria, remolacha y pepino, espinacas crudas, entre otros).

Manifestaciones neurodegenerativas

De acuerdo con su fisiopatología y que la neuroinflamación puede ser modulada por los medicamentos de regulación fisiológica, debemos realizar individualización del paciente cuyo rasgo clínico más sobresaliente es el trastorno de la memoria.

La demencia puede encontrarse hasta en un 50% de los casos de enfermedades neurodegenerativas. También se presentan megalomanía, ilusiones, alucinaciones especialmente religiosas, delirio ansioso, locuaz, murmurante y erótico.

Recomendaciones

Es necesario que el médico tratante trabaje en equipo con otros profesionales de la salud como terapeutas del lenguaje, neuropsicólogos, terapeutas ocupacionales, fisioterapeutas, etc.

Se recomienda, además, encontrar los mecanismos necesarios para generar comunicación con el afectado y con sus familiares, y establecer el denominado “pacto terapéutico”, es decir, el establecimiento de objetivos comunes entre estos y el equipo médico.

Para que el proceso sea efectivo es imprescindible la cooperación y motivación del paciente y que los objetivos del médico tratante se ajusten a sus expectativas.

Por: Carlos Emiro Fuentes Pérez

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