Tanta emoción puede infartarlo

Diversos estudios han demostrado que el patrón de personalidad, la depresión, el estrés y el estilo de vida (espacio, dieta y relaciones humanas) determinan el riesgo de infarto y de enfermedades crónicas. Todas ellas mediadas por nuestras emociones.

“La emoción es energía en movimiento, sinónimo de motivar y sentir. Nuestros estados emocionales son estrategias del pensamiento consciente que interpreta la situación con base en un aprendizaje previo y de acuerdo con ello genera emociones placenteras o adversas. Si la situación cumple con las expectativas, seguramente se sentirá euforia o alegría, de lo contrario se experimenta tristeza o frustración”, explica el doctor Jorge Iván Carvajal, médico cirujano de la Universidad de Antioquia, especialista en auriculomedicina, acupuntura y terapia neural.

Esto significa que “nuestro cuerpo es mental y que la mente es el cuerpo”, complementa el especialista. Por eso la manera como tramitamos los conflictos está escrita en nuestro organismo, y la enfermedad se presenta cuando existen traumas y emociones que no han sido procesadas.

Corazón – emoción – sistema nervioso

Lo que sentimos altera nuestro organismo. Si, por ejemplo, entramos en un estado de relajación y pausa (acciones que se sintetizan desde el lóbulo frontal del cerebro y las cuales responden a nuestros pensamiento), seguramente experimentaremos armonía y equilibrio físico y espiritual; pero si es el estrés y la sensación de soledad mal manejada quienes lo dominan, usted es un candidato ejemplar para sufrir un ataque cardiaco.

Interprete la enfermedad

Cuando una patología aparece el paciente deben entender lo que significa ese padecimiento en su vida. “El temor ante la enfermedad debe interpretarse de manera humilde, esto quiere decir que se comprenda el por qué sucedió. Eso genera prudencia y esta deriva en confianza y en un sentimiento posterior de felicidad”, complementa el doctor Carvajal.

Una vez se entiende lo que sucede con la enfermedad usted genera conciencia de sí mismo y tiene la capacidad de reconocer y entender sus propias fortalezas, debilidades, estados de ánimo, emociones e impulsos, así como el efecto que estos tienen sobre los demás y sobre el trabajo.

Por ejemplo, aquellas personas con habilidades para juzgarse a sí mismas de forma realista, conscientes de sus propias limitaciones y quienes admiten con sinceridad sus errores, son sensibles al aprendizaje y poseen un alto grado de autoconfianza.

Así operan las emociones

Como vemos se trata de una cadena de reacciones que se resumen de la siguiente manera:

1. Las emociones son estrategias de la conciencia.
2. Todo lo que existe es conciencia.
3. Esa conciencia es reactiva (genera reacciones).
4. Esa conciencia es sensible e instintiva (genera adaptación).
5. La conciencia es reflexiva (sobre mi ser).
6. La consciencia es creación.

Esta descripción formó parte de la conferencia “Impacto de las emociones en la red neurovascular”, en el marco del XXV Simposio Internacional de Medicina Bioreguladora 2014, organizado por el laboratorio de medicina biológica Heel.

¿Son las emociones determinantes en su vida? Cuéntennos cómo. Comparta con nosotros.

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