Autora: Dra. Gilma E. Garrido

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Categoría: Nutrición al Día

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Si le pone picante a su comida, cúrese y adelgace

Si le pone picante a su comida, cúrese y adelgace

Las comidas que generan ese toque de ‘ardor’ en la boca, el cual encanta a unos y con que otros no pueden, suele ser protagonistas en la gastronomía de muchas cocinas del mundo, ya sea en forma de salsas, especias o alimentos enteros.

Ese picante encierra tantas cualidades como mitos y sorpresas; en la salud, por ejemplo, su relevancia se relaciona con sus propiedades curativas.

“Las especias picantes cuentan con una larga lista de sustancias con un potencial antioxidante y antiinflamatorio. Sin embargo, faltan pruebas en humanos que confirmen su valor terapéutico o preventivo a las dosis consumidas por la población”, asegura Julio Basulto, nutricionista y Dietista español.

Los beneficios ‘picantes’

Un dato de la Encyclopedia of Food Sciences and Nutrition, confirma que la pimienta negra y la pimienta blanca representan el 30% de todo el mercado mundial de especias. Esa cobertura debe tener alguna relación con los beneficios que aseguran los picantes, algunos de ellos son.

  • Ayudan a reemplazar de forma parcial o incluso total ingredientes poco recomendables (sal, azúcar o salsas ricas en calorías).
  • Permiten hacer más apetecibles platos con una gran proporción de hortalizas, lo que nos acerca más a una alimentación saludable.
  • Logran que salteados, guisos u otras preparaciones a base de verduras sean más apetitosos y sabrosos.

5 respuestas al consumo de “pique”

Si se trata de un sabor, un gusto, si causa úlceras, si adelgaza y cura enfermedades, son algunas de las inquietudes de quienes consumen picante. Por eso le ayudamos a resolver las preguntas más comunes sobre esta especie.

1. El picante, ¿es un sabor?
No. Las autoridades en la materia sostienen que existen solo cinco sabores (dulce, amargo, agrio, salado y umami). Aun así, en muchos países se considera que el picante del pimiento jalapeño es un sabor, tanto como el dulce de un melón. Y es que el picante desempeña un notable protagonismo en cocinas como las de México, Tailandia, Vietnam, Etiopía, Perú o India.

Técnicamente, el picante es una sensación de dolor que causan los compuestos de este alimento picante, en un proceso en el que están implicados nervios como el trigémino. Por eso no se incluye al picante dentro de los sabores, ya que la sensación no surge de las papilas gustativas, ni está implicada la cavidad nasal, sino que proviene de una estimulación comparable a la que genera una bebida muy caliente.

2. El gusto por el picante, ¿es genético o cultural?
Si se vive en un hogar o en un medio donde la ingesta de picante es habitual, es más probable acostumbrarse a él. No obstante, también hay un componente genético.

En octubre de 2012, unos investigadores del departamento de Alimentos y Ciencias del Medio Ambiente de la Universidad de Helsinki (Finlandia) revisaron el posible papel de la genética en 331 voluntarios. Los factores genéticos representaron el 18-58% de la variación en lo agradable que les parecía a dichos voluntarios el sabor picante oral, los alimentos picantes y las sensaciones picantes. El resto dependía de factores ambientales. Para los autores, esto significa que existe «una aptitud genética subyacente a gusto picante oral, y a los alimentos picantes».

3. ¿Los picantes causan úlceras de estómago, cáncer de colon u otras dolencias digestivas?
Quien padece una dolencia digestiva grave ya sabe que las especias picantes no están dentro del grupo de alimentos que conviene tomar a diario. ¿Significa eso que los picantes causan úlceras estomacales o cánceres irreversibles? No funciona así. El mayor portal de salud del Reino Unido, NHS Choices, considera que hay pocas evidencias científicas que apunten a los alimentos picantes como causantes de las úlceras de estómago.

Sin olvidar que estos alimentos están contraindicados en pacientes con úlceras de estómago o dolencias digestivas agudas, existen pruebas tanto a favor del uso de estos alimentos (por ejemplo, para aliviar los síntomas de la dispepsia o de alteraciones benignas de funcionalidad digestiva) como en contra de su abuso. Esto último lo mostró una investigación recogida en World Journal of Gastroenterology en octubre de 2013, que determinó que las mujeres que tomaban alimentos muy especiados más de diez veces por semana tenían el doble de posibilidades de padecer el síndrome del intestino irritable que las que nunca los consumían.

4. ¿La comida picante ayuda a adelgazar?
La verdad es que en muchos casos se añade un poco de picante a la comida para aumentar su sabor y conseguir que se consuma una mayor cantidad de ella.

NHS Choices aseguró que tomar pimientos picantes reduce las ganas de comer alimentos grasosos, azucarados o salados. Su veredicto fue que los titulares con afirmaciones del estilo «el jalapeño adelgaza» no cuentan con pruebas científicas convincentes que los respalden.

En febrero de 2012, una extensa investigación científica, coordinada por la doctora Mary-Jon Ludy, revisó también en profundidad el papel del picante en el control de peso corporal, para concluir que solo en muy altas dosis podría tener un pequeño (y no relevante) papel.

5. ¿Las especias picantes previenen o curan el cáncer?
La curcumina, un colorante natural procedente de la (picante) cúrcuma, aparece con frecuencia vinculada a la prevención o, incluso, a la curación del cáncer. Pese a ello, la doctora Barrie Cassileth, miembro del panel asesor de la American Society of Clinical Oncology, considera que no hay pruebas convincentes de ello. Antes de utilizarla se debe demostrar su valor mediante estudios en humanos (no en ratones) y bien diseñados, y no es el caso.

Más información
http://www.consumer.es/web/es/alimentacion/aprender_a_comer_bien/curiosidades/2014/09/11/220596.php

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