¿Sabe lo que el bostezo hace en su cerebro?

Es un acto reflejo, involuntario y comúnmente relacionado con el aburrimiento, el sueño o el hambre, además de constituirse en una expresión contagiosa y simpática cada que vemos a alguien bostezando.

Sin embrago, un reciente estudio de las universidades de Maryland y Princeton demostró que una estrecha relación entre este gesto y mantener la cabeza fría, pues al parecer se trata de una acción fisiológica del termóstato cerebral.

“La inspiración lenta y profunda, y luego la espiración, también prolongada y algunas veces ruidosa, propias del bostezo, logran que se expandan y contraigan las paredes del seno maxilar para bombear aire al cerebro, lo que disminuye su temperatura”, indica la investigación conjunta.

Décadas al estudio del bostezo

Especialistas en oído, nariz y garganta comparan al cerebro con una computadora que necesita refrescarse para funcionar de manera eficiente. Un estudio publicado en la revista Medical Hypotheses explica el motivo de los bostezos, el funcionamiento de los senos nasales y la ventilación cerebral.

No es la primera vez que se hacen estudios sobre esta acción, ya que bostezar es característico en todos los seres vertebrados, sin que se conozca su origen con exactitud. Hipótesis anteriores han planteado que este fenómeno fisiológico es generado por sueño, por aumento de la temperatura cerebral y por su necesidad de oxigenarse.

La investigación posdoctoral de Gallup en Princeton lo convirtió en 2007 en el primero en sugerir la teoría de enfriamiento cerebral del bostezo, quien probó la teoría tanto en animales como en humanos.

Para realizar las pruebas del estudio se colocaron aparatos de sondeos en los cerebros de ratas con el fin de registrar los cambios de temperatura de este órgano antes, durante y después del bostezo.

El equipo descubrió que la temperatura cerebral sufría cambios marcados en los preámbulos de un bostezo; era en ese momento cuando la temperatura comenzaba a declinar para que al término de este, retomara la temperatura anterior al bostezo.

Si se provoca un aumento en la temperatura cerebral, el bostezo ayuda a bajarla. Eso concluyó el seguimiento.

También se estudiaron dos pacientes que presentaban episodios crónicos de exceso de bostezos; se les tomó la temperatura antes y después de sus episodios. Los resultados mostraron que su temperatura corporal era elevada antes el bostezo y posterior al bostezo decaía.

Se espera que esta teoría sobre el funcionamiento anatómico de los bostezos influya en la medicina, sobre todo para el diagnóstico y tratamiento de padecimientos como la epilepsia y algunos tipos de migrañas, que podrían llegarse a predecir por un exceso de bostezos.

http://fundacionunam.org.mx/salud/el-bostezo-termostato-para-la-actividad-cerebral/