Autora: Dra. Gilma E. Garrido

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Categoría: Nutrición al Día

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¿Qué puedo comer para levantar el ayuno como debe ser?

¿Qué puedo comer para levantar el ayuno como debe ser?

De acuerdo con los fines saludables que pretenda potenciar en su organismo, al despertar en las mañana puede seleccionar el mejor alimento para levantar el ayuno y empezar el día con la mejor energía. Entre el jugo de naranja, el limón con agua, una cucharada de polen, una de aceite, un preparado de avena y linaza, puede escoger una alternativa natural que asegura un inicio nutricional ideal que lo preparará muy bien para tomar la primera comida del día.

Pero, ¿realmente esto es efectivo? ¿Hay algún alimento con el que se debe o no comenzar el día? Le explicamos qué conviene tomar en ayunas y por qué.

La explicación metabólica

Por la mañana, cuando el organismo ha permanecido por lo menos más de 10 horas sin ingerir alimento, se producen cambios metabólicos que aseguran la supervivencia, uno de los más importantes es la hipoglucemia, por lo que el organismo está dispuesto a absorber con más avidez aquello que se le ofrezca. Hay alimentos que pueden ser más convenientes que otros, según el fin que se persiga o las circunstancias vitales individuales. Estos son algunos ejemplos:

Una cucharada de aceite de oliva virgen extra o pan natural con aceite de oliva: se reconoce como uno de los remedios caseros más populares para estimular el movimiento intestinal en caso de estreñimiento. Permite lubricar la mucosa intestinal y activar el proceso digestivo estimulando el hígado y la vesícula. Además, está demostrado que el consumo regular de aceite de oliva, el ingrediente principal de la dieta mediterránea, refuerza el mecanismo antioxidante del cuerpo que se traduce en un efecto cardiosaludable, tal como lo sugiere un reciente ensayo dirigido por investigadores españoles, basado en el Estudio Guadix. Este nivel de protección también se expresa en una capacidad antiinflamatoria del organismo, tal y como lo recoge en un artículo el doctor López-Miranda del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba, España.

Una cucharada de aceite de oliva virgen con zumo de limón: está indicada en caso de desequilibrio del hígado y en particular de la vesícula biliar, como sugiere el nutricionista Itziar González de Arriba, en su libro ‘¿Qué es una dieta sana?’.

“Se puede estar «intoxicado» por distintas causas, aunque la más común es la mezcla de una mala alimentación y una insuficiente capacidad depuratoria del organismo (en gran medida, por estreñimiento y sobrecarga del hígado y la vesícula). Esto se refleja en la salud física y mental: cansancio matutino pese a dormir suficientes horas, dolor de cabeza, malas digestiones, boca pastosa o seca, alteraciones del ciclo del sueño (hipersomnia o insomnio) y molestias o dolores musculo-esqueléticos”, asegura el doctor González en su texto.

La combinación de estos alimentos en principio no tiene contraindicaciones, salvo en caso de estómago delicado, por lo que cada persona en conjunto con su médico biológico, deben valorar su tolerancia individual.

Un vaso de jugo de naranja: por lo general lo toman quienes desean evitar el estreñimiento; sin embargo, hay personas que al ingerirlo presentan náuseas, gases y pesadez abdominal, dolor en el costado derecho y de cabeza, matutino. Si es este el caso, es probable que se tenga debilidad digestiva, en concreto de hígado (hígado perezoso) y de vesícula biliar (coledisquinesias o vesícula perezosa), por lo tanto conviene comprobar su tolerancia. Es por ello que en determinadas circunstancias tomar zumo de naranja en ayunas puede estar contraindicado.

Una cucharada de polen en ayunas: este polvillo natural es un compendio de micronutrientes: aminoácidos, azúcares, minerales y oligoelementos, vitaminas y carotenoides, enzimas y sustancias antioxidantes (flavonoides, terpenos). Está sobre todo indicado en casos de debilidad, fatiga, anemia y falta de apetito. Sus componentes son fácilmente asimilables y su absorción es mayor y más rápida si se toma en ayunas.

Lo no indicado para romper el ayuno

Existen alimentos o sustancias que no se pueden combinar en el primer bocado de la mañana, por ejemplo:

Café con leche o el té con leche: estos dos clásicos de los desayunos no siempre son la mejor opción para empezar el día, por su contenido de lo que se denomina «sustancias antinutritivas», es decir, compuestos de los alimentos que, según su concentración, alteran la absorción o el aprovechamiento de ciertos nutrientes. Es el caso del contenido de taninos del café y los diferentes tipos de té (negro y verde, principalmente), compuestos que trastornan la correcta absorción del hierro. Es por ello que estos alimentos no son los más indicados en caso de debilidad, cansancio, fatiga o anemia.

Jugos de frutas con medicamentos: la ingestión de jugos de diferentes frutas puede traer más perjuicio que beneficio según a qué medicamento acompañen en el desayuno. Así, el zumo de piña puede alterar el efecto de los anticoagulantes orales tan usados en la prevención de trombosis o embolia.

Por su parte, el zumo de pomelo (toronja), al que se le adjudican propiedades depurativas y diuréticas, no se aconseja como fluido para ingerir antihistamínicos, ciertos antihipertensivos e hipocolesterolemiantes.

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