Autora: Dra. Gilma E. Garrido

Fecha:

Categoría: Biotendencias

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¡Qué "buena energía" tiene este edificio!

¡Qué "buena energía" tiene este edificio!

Ya es posible encontrarnos en varios países con edificios construidos para brindar grandes ventajas ambientales y económicas y que ofrecen tan buena vibra que son catalogados como “edificios de energía positiva”. Pero, ¿en qué consisten estás construcciones?, ¿cuáles son sus desafíos y los principales ejemplos de estas construcciones?

Iluminación ecológica

Su principal característica es que producen más energía de la que consumen para su funcionamiento e, incluso, generan de sobra para utilizarla en otro momento o distribuirla al vecindario. Se trata de su propia energía ecológica, un modelo sustentable que ya se aplica en construcciones de países como Francia, Canadá o Abu Dabi, donde sus inquilinos no renuncian a ninguna comodidad, mientras se olvidan de las facturas de luz y son más respetuosos con el medio ambiente, sencillamente porque sus viviendas son productoras de su propia energía.

“Sus inquilinos pueden desarrollar un uso normal como en cualquier otro edificio y disfrutar de un confort adecuado”, asegura la arquitecta española Inés Leal.

Los edificios de energía positiva:

  • Representan alrededor del 26% del consumo de energía final de España.
  • Son técnica y económicamente viables.
  • Reducen su demanda energética al máximo.
  • Utilizan diseño y construcción bioclimáticos.
  • Incorporan fuentes de energía de origen renovable: solar fotovoltaica, solar térmica, eólica, biomasa, geotérmica, etc.
  • Reducen grandiosamente las emisiones de dióxido de carbono (CO2).
  • Minimizan los efectos del cambio climático.
  • Deberán ser un estándar de construcción en el mundo. En Europa ya lo son.
  • Constituyen un ahorro importante para sus usuarios.
  • Evitan la dependencia energética del extranjero.
  • Contribuyen a generar un aire más limpio en las ciudades.
  • Permiten que los ciudadanos tengan una mayor conciencia en el uso de la energía al convertirse en productores.

Una alternativa de autoconsumo

La energía sobrante, explica Inés Leal, se incorpora por lo general a la red, bien sea para el autoconsumo de la edificación, para cuando tenga una demanda de energía mayor o para usos de otros edificios y de la ciudad.

El desafío

En cuanto a los principales desafíos de estos inmuebles, los expertos aseguran que se trata de un nuevo modelo energético donde el ciudadano, el consumidor, genera la energía, frente al modelo actual controlado por las grandes compañías.

Estos edificios necesitan su adaptación a distintos medios urbanos y la reducción de costos para su implementación.

La mayoría de ejemplos existentes en el contexto mundial corresponden a sedes de grandes compañías o edificios.

Más información
www.consumer.es

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