Autora: Dra. Gilma E. Garrido

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Categoría: Biotendencias

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Ollas tóxicas, ¡out!

Ollas tóxicas, ¡out!

Las siglas PFOA y PTFE no dicen mucho para quienes desconocen su significado, sin embargo son cada vez más comunes. Ellas resumen el nombre de gases y partículas metálicas que se desprenden durante la cocción, especialmente de frituras y asados, y pasan directamente a los alimentos. Estos residuos se alojan en el cuerpo, en forma de metales pesados tóxicos.

El desprendimiento de esos residuos sucede siempre que los antiadherentes de los utensilios de cocina son fabricados con materiales inestables.

La Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA) considera al perfluorooctanoico (PFOA) un químico, probablemente carcinógeno, y por esta razón ha aprobado una resolución por la cual solicita la eliminación del PFOA en cualquier proceso de fabricación a partir de 2010 y su desaparición total desde 2015.

Ollas de aluminio

La revista científica Journal of Neurology, Neurosurgery and Psychiatry publicó recientemente el caso de una paciente que padecía síndrome de Alzheimer, a quien le encontraron grandes concentraciones de aluminio en su cerebro y otros órganos, producto del consumo de agua contaminada con sulfato de aluminio.

Este reporte llevó a relacionar el aluminio con la enfermedad y, aunque no se trata de una evidencia definitiva, conduce a pensar que las ollas fabricadas con este material pueden ser tóxicas para el ser humano por el desprendimiento de este químico durante la cocción.

La revista explica que el aluminio es un material liviano y blando que se disuelve cada vez que se usa. Los alimentos ácidos como el tomate, la piña, la naranja y el limón permiten que los utensilios de aluminio desprendan pequeñas partículas que se pueden propagar al organismo humano a través de los alimentos preparados en dichos utensilios y luego consumidos.

Aluminio en el cuerpo

Datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) estiman que un adulto consume alrededor de 5 miligramos diarios de aluminio, el cual proviene de harinas que contienen fosfato ácido de aluminio, papas, espinacas, medicinas con sulfato de aluminio y, en pequeña proporción, del agua tratada con sulfato de aluminio.

Según el ingeniero de alimentos Víctor Gabriel Otero Gil, se trata de una ingesta mínima tolerable y establecida por el Comité Mixto FAO/OMS de expertos en aditivos alimentarios (JEFCA). “La dosis máxima está en siete miligramos por kilo de peso. Sin embargo, hasta el momento no existen pruebas fehacientes que conviertan al aluminio en un peligro inminente para la salud”, explica el ingeniero.

Ollas de teflón

El teflón es una mezcla de químicos y metales que se utiliza para recubrir las ollas y sartenes de aluminio. Esta combinación puede ser muy peligrosa ya que cuando se desprende se mezcla con los alimentos.

Su composición tiene en tres otros agentes químicos, el ahora famoso PFOA. Según la Agencia de Protección Ambiental de los Estados unidos (EPA, por su sigla en inglés) los estudios han revelado que el PFOA del teflón es una de las posibles causas de:

• Cáncer
• Daño hepático
• Defectos en el crecimiento
• Alteraciones del sistema inmunológico
• Efectos hormonales como la alteración de los niveles de la hormona tiroidea.

El teflón comienza a deteriorarse después de que la temperatura del recipiente alcanza unos 269°C y se descompone por encima de los 350 °C. Al calentarse el teflón puede liberar toxinas peligrosas ya que a intensas temperaturas desprende un coctel de 15 diferentes gases tóxicos, incluyendo el ácido trifluoroacético (TFA).

El teflón en el organismo

Las reacciones más comunes del teflón en el organismo, según los estudios, son:
• Dolor de cabeza
• Escalofrío
• Dolor de espalda y fiebre (gripe de teflón).

El teflón en el medio ambiente

La descomposición del teflón también origina gases CFC, responsables de la destrucción de la capa de ozono, y fluorocarbonos (herbicida) que contribuyen al calentamiento global.

Las soluciones

Cocer los alimentos continuará siendo, para siempre, una opción para que el ser humano se alimente. Por esta razón, la tecnología avanza en la creación de revestimientos ecológicos para las ollas y demás utensilios de aluminio de la cocina.

Ollas y sartenes de thermolon: su superficie está cubierta por este nanocompuesto ‘híbrido-polímero’ desarrollado y patentado en Corea. Se trata de un compuesto antiadherente inorgánico generado a partir de materias primas que proceden de la arena y que resiste hasta 450°C. Sus propiedades antiadherentes permiten:

• Cocinar de manera más saludable.
• Evitar esfuerzo para lavar.
• Soportan hasta 450°C sin liberar humos tóxicos.
• Cocinar de forma más rápida y pareja.
• Freír, sellar, hervir y flambear sin riesgo tóxico.

Las ollas y sartenes de thermolon son amigables con el medio ambiente por:

• Usar materiales reciclados en su fabricación.
• Evitar el embalaje cuando es posible.
• Reducir el uso de colores y tinta para imprimir sus etiquetas.
• Procurar un empaque eficiente de manera que usen un mínimo de espacio de almacenamiento y transporte.
• Producir alrededor de un 50% menos de CO2 que los revestimientos convencionales.

Cerámica: este material está libre de metales pesados. Los alimentos no se le pegan y para la fabricación de utensilios con este material no se utiliza PFOA. Por ahora hay tres fabricantes de este tipo de artefactos de cocina: Green Pan, Jata y Borboni. Se encuentran en secciones de productos importados y su precio oscila entre los 75.000 y 100.000 pesos colombianos (entre 33 y 50 dólares estadounidenses).

Titanio: los utensilios fabricados con este material son los más costosos del mercado por tratarse de los únicos que no sueltan partículas. Están fundidos a 20.0000C y por lo tanto es prácticamente imposible que se desprendan durante el uso. Los alimentos no se pegan en su superficie, absorben mucho el calor y permiten una cocción muy rápida y saludable. Algunos tienen el mango desmontable, por lo que se pueden usar en el horno. Para lavarlos y limpiarlos hay que esperar su enfriamiento y hacerlo con paños suaves. Su precio aproximado es de 210.000 a 390.000 pesos colombianos (entre 105 y 200 dólares estadounidenses).

Tips para el cuidado de ollas y sartenes

Ya sea de acero inoxidable, aluminio o hierro fundido, las ollas y sartenes deben ‘curarse’ antes de su primer uso para sellar su superficie y esta forma controlar el desprendimiento de partículas tóxicas:

1. Cubra de aceite o sal el interior del recipiente, ponga al fuego, espere hasta que se queme, limpie el utensilio y luego enjuague con una esponja suave. Este sellado, con el tiempo, va a hacer que las porosidades se cierren y finalmente se logre obtener un antiadherente natural que se genera con el uso.

2. Enjuague con una esponja embebida con jugo de limón y harina las ollas de acero inoxidable. Este procedimiento permite sellarlas y evitar que se desprendan el material de fabricación.

3. Pase un papel impregnado con aceite vegetal una vez haya lavado un sartén o fuente de hierro fundido. Es una manera de evitar que se oxide o de quitarles el óxido. También puede frotarlo con una cucharada de ácido cítrico diluido en 2 tazas de agua.

Más información
www.sartenes.eu
www.veoverde.com
www.ecotendencias.com

Comentarios

  • dra. gilma que bueno este articulo , quisiera saber si las ollas de acero inoxidable si se pueden usar sin ningun peligro para nuestra salud. mil gracias Emelina

  • solo...gracias!!!!! ANDREA

  • en una olla de acero inoxidable, que se ha consumido el agua, puede ser toxica? se ha quedado el fondo de color amarillo. Candelaria

    • el acero inoxidable es seguro debe ser que el agua tiene residuos de barro, porque el agua no es de buena calidad. Gilma E Garrido

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