Autora: Dra. Gilma E. Garrido

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Categoría: En Armonía

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Más vale solo que mal acompañado

Más vale solo que mal acompañado

Las relaciones tormentosas suelen ser consideradas como una condición normal para quienes han convivido con esta situación durante varios años. Esto es especialmente notorio en las mujeres. Así lo sugiere la psiquiatra Olga Albornoz.

“Cuando una mujer es feliz con su pareja la unen las ganas de estar ahí y el gusto de vivir en esa relación. Pero si siente que está mal correspondida es preferible que no entregue su tranquilidad a cambio de compañía porque eso es desgastante y malsano”, explica la especialista.

Una mala relación puede causar depresión, ansiedad, agresión de pareja, problemas psicológicos en los hijos, malos hábitos de alimentación e incremento en el consumo de tranquilizantes o bebidas alcohólicas. “El estrés de una mala relación, si se vuelve crónico, puede derivar en efectos negativos para el corazón, la digestión y el sistema nervioso central. Las personas deprimidas tienen menos resistencia a los gérmenes y suelen estar más expuestas a enfermedades cardiacas y gástricas”, afirma la psicóloga Claudia Botero.

¡Que no le rompan el corazón!

Una investigación de la Universidad de Michigan, financiada por el Instituto Nacional del Envejecimiento de Estados Unidos y publicada recientemente en el Journal of Health and Social Behaviour, asegura que el corazón de las mujeres es uno de los órganos más afectados cuando se lleva a cuestas un mal matrimonio. “… Las parejas infelices de entre 57 y 85 años tienen más posibilidades de sufrir afecciones cardiacas que quienes llevan un buen matrimonio… Cuando hay malas relaciones, el desgaste para la salud se dispara”, anota el estudio.

La alternativa
Son varias las soluciones que puede acoger como parte de las alternativas para que esas “malas relaciones” no terminen afectando su estabilidad:

  • Libere sus cargas a través de una adecuada comunicación con la pareja; no permita reprimir sus emociones y sentimientos. Acuda a un especialista si es necesario.
  • Atienda su estado de salud. La gastritis y la taquicardia pueden aparecer y tener varias motivaciones.
  • Promueva espacios o actividades que le permitan exteriorizar las emociones y decir qué le gusta o le está causando malestar.
  • Busque ayuda de un especialista si siente que la situación lo conduce a estados de irritabilidad y sensibilidad extrema.
  • Asuma con responsabilidad el problema de su relación y evite culpar al otro. De usted también depende que haya una solución efectiva.

Más información
www.eltiempo.com

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