Autora: Dra. Gilma E. Garrido

Fecha:

Categoría: Actualidad

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Marta Isabel Bolaños

Marta Isabel Bolaños

La inolvidable ‘Pupuchurra’ de la telenovela Yo soy Betty, la fea es una convencida de que la energía del universo influye en los seres humanos.

La práctica del yoga le ha dado la clave para vivir con más intensidad y desarrollarse mejor en su carrera.

La búsqueda de su camino espiritual ha sido un tema que siempre le ha rondado la cabeza a Marta Isabel Bolaños, la actriz caleña radicada en Bogotá hace más de 15 años. Por cuenta propia, Marta siempre ha leído sobre temas de superación personal, desarrollo humano, y ha estado abierta a conocer cualquier actividad que afine sus sentidos hacia el desarrollo interior.

De esa manera fue como llegó por casualidad, hace dos años, a una clase de yoga, invitada por su amiga y actriz también, Viviana Navas.

“No imagine que ese día quedaría flechada por el yoga, pues, aunque nunca lo había practicado, logré hacer correctamente todas sus posturas y ver un punto de luz en mi entrecejo, que muy pocas personas consiguen cuando son principiantes”, afirma.

La escuela a la que asistió ese día y hasta hoy es la fundada por el yogui indio Satyananda, y cuyos maestros son todos swamis instruidos directamente por él.

Marta Isabel empezó a tomar clases una vez por semana, pero luego decidió hacerlo diariamente hasta convertirse en una gran conocedora del tema y en una fiel testigo de los beneficios que esta práctica trajo a su vida y a su camino espiritual.

Ese 2009 empezó con un período difícil para su carrera como actriz y, curiosamente, al finalizar se convirtió en el mejor año de su vida –asegura ella– por cuenta del yoga y la meditación.

Además de aprender a manejar sus emociones, Marta Isabel se encontró con textos tan importantes como Autobiografía de un yogui, que se sugiere para quienes quieren adentrarse en el mundo espiritual y conocer de primera mano las experiencias de un maestro como Paramahansa Yoganandra, uno de los swamis que mejor explica la filosofía de su arte a quienes desean practicarlo.

La caleña que hace poco finalizó con éxito las grabaciones de su personaje Virgelina, en la telenovela La bruja, señala que por su profesión debe manejar una gran dosis de ansiedad y estrés, así como tratar con compañeros y seguidores con personalidades muy diferentes a la suya.

Con orgullo, enfatiza también que la práctica del yoga le ha funcionado como un catalizador para mantener en equilibrio esos aspectos de su vida y, además, para rendir mejor en su carrera como actriz, ya que le ha permitido ser más productiva y no enrollarse la cabeza con temas que no tienen trascendencia.

Juiciosa con la tarea

“Hacer yoga me ha servido para ubicarme en el presente y vivir la vida tal y como va llegando. Entendí también que todo lo que pasa, por más complicado que parezca, es porque debe ser de esa manera. Hoy soy más tranquila, no me angustio, y, aunque siempre fui creyente, estoy más conectada que nunca con Dios. Me enamoré de él”.

Marta hizo la tarea tal y como tocaba: le dedicó un tiempo considerable a su camino espiritual, y se empapó de la filosofía de hecho y no solo en teoría. Así logró entender que el crecimiento interior es algo que se cultiva día a día.

Eso lo comprobó justo cuando, por cuestiones de trabajo, se vio obligada a alejarse un poco del yoga y vivió una especie de recaída en sus patrones de conducta de ansiedad y nerviosismo, los cuales volvieron a aparecer en su cotidianidad.

En ese momento, debió replantear de nuevo sus horarios y, al menos, tomar algo de sus días para practicar meditación en casa o en los breaks de grabación, mientras volvía a tener tiempo para retomar sus clases.

Hoy, cuando la actriz caleña estudia fuertemente para debutar en la comedia Los ricos también lloran, también acaba de reiniciar la práctica del yoga.

Su constante búsqueda la convierte en una inquieta permanente y, por esa razón, hace dos meses comenzó un proceso de psicoanálisis que, si bien es más científico, la tiene maravillada, porque le ha permitido descubrir por sí misma aspectos ocultos de su vida y su personalidad.

“Estamos viviendo nuevos tiempos en los que todo corre aceleradamente y, a juzgar por los avances de la tecnología, es claro que en un futuro no muy lejano veremos hechos asombrosos. Este cambio energético a nivel universal me lleva a pensar que el poder de la vida espiritual nos llevará a sentir emociones y a recibir dones que nos obligarán a evolucionar”, puntualiza.

Y mientras eso sucede, Marta Isabel sigue trabajando para cumplir el sueño de viajar a la India dentro de poco para adelantar una práctica de meditación. En pro de ese objetivo se prepara, como siempre lo ha hecho, llevando una vida sana y natural pero sin restricciones.

No es vegetariana declarada, pero cuenta que, sin proponérselo, se le quitaron las ganas de consumir carne apenas inició con el yoga. Tan radicales fueron los resultados con respecto a este tema que, después de ser carnívora consumada, ahora apenas si se antoja alguna vez al mes.

 Lo que Marta sí dejó de plano fue la lechona, plato del cual también era fanática, y confiesa que se come uno que otro chicharrón solo ante la tentación de una bandeja paisa en Medellín. Y de seguro que la bella actriz se puede dar esas licencias, pues su espíritu deportivo también lo mantiene a flor de piel.

Ella patina, monta en bicicleta, corre, y cada vez que puede hace un viaje, su pasatiempo favorito. De hecho, hace un par de años decidió invertir algo de sus ahorros en un recorrido de dos meses por Europa, sola, con mochila en mano, y disfrutar todos los sitios con los que soñó durante su infancia en Cali.

 Un consejo de Marta Isabel Bolaños para todos:

“Vivir el día a día y mantenerse aferrados a su espiritualidad y sus principios”.

POR: AMPARO DÍAZ

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