Autora: Dra. Gilma E. Garrido

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Categoría: En Tratamiento

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¡Los años dorados también son para ejercitarse!

¡Los años dorados también son para ejercitarse!

La práctica de actividad física regular es una de las prioridades en salud pública como forma de prevención de enfermedades crónico-degenerativas, especialmente en los adultos mayores.

A medida que las personas envejecen se producen evidencias de modificaciones y alteraciones en su estado físico y sicológico. Estos cambios son progresivos e inevitables, pero se ha demostrado en varias investigaciones, que el ritmo de degeneración se puede modificar con la actividad física.

“En efecto, el ejercicio puede ayudar, mejorar y mantener la condición física, el estado mental y los niveles de presión arterial de los adultos mayores”, asegura Norman Daza, integrante del Programa de Fisioterapia y Entrenamiento Funcional del Centro de Medicina Biológica y Estética Gilma E. Garrido.

Cambios en la tercera edad

Cuando las personas envejecen se produce una serie de modificaciones en su estado de salud, pues se alteran las estructuras y se reducen las funciones de las células y los tejidos (Larson & Bruce, 1987). Los cambios se relacionan con:

  • La masa metabólica activa.
  • El tamaño y función de los músculos.
  • El sistema esquelético.
  • La respiración.
  • El aparato cardiovascular.
  • Los riñones.
  • Las glándulas sexuales.
  • Los receptores sensoriales.
  • La médula ósea y los glóbulos rojos.

Para prevenir que estos cambios se produzcan de manera drástica, el cuerpo debe mantener activa su producción de energía y, a su vez, para lograr este objetivo el ejercicio se presenta como la alternativa natural que facilita esa activación.

Beneficios de la actividad y ejercicio físico

Un estilo de vida físicamente activo, ya sea en el tiempo laboral o libre, va asociado a una disminución de la frecuencia y la mortalidad de las enfermedades cardiovasculares en un 30%, de modo que se genera una relación inversamente proporcional: a mayor actividad física, menor incidencia de eventos de este tipo, los cuales son frecuentes en la población adulta mayor.

“La actividad física es beneficiosa en ambos sexos en todos los grupos de edad, siempre y cuando se practique regularmente, independientemente de cuándo se empiece a practicar, lo que nos indica que nunca es tarde para obtener sus beneficios”, asegura el fisioterapeuta Daza.

El ejercicio debe adaptarse a las características, apetencias y limitaciones de cada persona, pero, en general, su práctica en la tercera edad conlleva las siguientes ventajas:

  • Mejora el funcionamiento fisiológico básico del aparato cardiorespiratorio.
  • Reduce las posibilidades de aparición de la angina de pecho y del infarto cardiaco.
  • Previene la progresión de las enfermedades cardiovasculares.
  • Evita el sobrepeso y la obesidad.
  • Permite bajar la presión arterial.
  • Aumenta la producción de colesterol HDL (bueno) y disminuye la de LDL (malo) y los triglicéridos.
  • Previene la diabetes.
  • Disminuye episodios como ansiedad y depresión.
  • Previene lesiones musculoesqueléticas y la osteoporosis.
  • Disminuye la presencia de cáncer de colon.
  • Propicia comportamientos saludables como la disminución del consumo de tabaco, alcohol y drogas.

Tipos de ejercicios para los adultos mayores

Ejercicios de resistencia: ayudan a mejorar la capacidad respiratoria y cardíaca, mejorando el estado de ánimo y aumentando las energías para desarrollar las tareas cotidianas: subir escaleras, hacer las compras. Previenen y retardan la aparición de enfermedades asociadas al envejecimiento, tales como diabetes, cáncer al colon, enfermedades al corazón, accidentes vasculares y otros.

Ejercicios de fortalecimiento: construyen sus músculos. Contribuyen a darle mayor independencia mediante la mayor fuerza que la persona adquiere para hacer cosas por sí solo. Mejoran el metabolismo, ayudan a mantener el peso y el buen nivel de azúcar en la sangre. También previenen la osteoporosis.

Ejercicios de equilibrio: evitan lo que se constituye en un grave y frecuente problema en la población adulta mayor: las caídas. Gracias a ellos se disminuyen los riesgos de fracturas (especialmente de cadera) y otras lesiones asociadas. Algunos de estos ejercicios también mejoran los músculos de las piernas.

Ejercicios de flexibilidad: se ha comprobado que ayudan a mantener la elasticidad del cuerpo mediante el estiramiento de los músculos y los tejidos. De esta forma, la estructura corporal se mantiene en su lugar. También mejoran la autonomía e independencia.

Ejercicios de relajación: se emplean para compensar o prevenir situaciones de estrés, ansiedad o depresión.

Ejercicios de tipo moderado: como nadar, andar en bicicleta, realizar bicicleta estática, jardinear (cortar el pasto, usar el rastrillo, caminar rápido en una superficie inclinada, trapear o escobillar el piso, jugar tenis en pareja, jugar voleibol, remar o bailar.

Anímese a practicar cualquiera de estas actividades físicas sugeridas. Nunca es tarde.

BIBLIOGRAFÍA
www.geosalud.com/adultos_mayores/ejercicio.htm.
http://www.senama.cl/Archivos/718.pdf.
www.alemanatemuco.cl/not/not/catnot040913.html.
www.imbiomed.com.mx/…/articulos.php.

Más información
Centro de Medicina Estética y Biológica Gilma E. Garrido
Dirección: Calle 121 No 7A–07. Bogotá, Colombia
Teléfonos: 629 0391 – 213 3724
Celulares: 315 – 346 2316, 318 – 330 9083
Correo: gilmaegarrido@yahoo.com
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