Las mariposas en el estómago tienen su porqué

Todos alguna vez en nuestra vida hemos sentido esa rara y bonita sensación de mantener la mente ocupada cavilando en el amor y de enamorarnos de esa persona especial que está ocupando gran parte de nuestros pensamientos.

Así tengamos un día complicado o una jornada de arduo trabajo, por instantes, nuestro rostro se impregna con una gran sonrisa al pensar en ese amor que nos desvela. Constantemente nos preguntamos: ¿Qué estará haciendo? ¿Será que sí me piensa tanto como yo lo hago? ¿Y si la llamo? ¿O mejor, le escribo? ¡No, mejor le bajo a tanta intensidad! ¡Ya sé, me invento algo y le pregunto cómo está!…

‘Efecto mariposa’ comprobado científicamente

Pues ese estado de ensueño y ansiedad, que en realidad es un proceso emocional, se encuentra totalmente desligado de elementos racionales del ser humano. Sin embargo, los efectos que producen en las personas pueden ser valorados científicamente.

Cuando un individuo se enamora pierde el control y juicio crítico sobre su pareja, ahí es cuando entran en juego los famosos celos, muchas veces ligados a comportamientos obsesivos o a algunas conductas que alteran hasta las funciones corporales; la más común es el apretón de brazos y una sacudida a la pareja.

El doctor Leonardo Palacios, decano de la Escuela de las Ciencias de la Salud de la Universidad del Rosario y quien estudia la neurobiología del amor frente al proceso emocional, afirma que: “En el cuerpo se liberan unas sustancias químicas llamadas aminas biógenas que son de dos tipos: dopamina, horma productora de la sensación de placer y gratificación; y la feniletilamina (FEA), que altera los ritmos cardiacos, respiratorios y de sueño. Por otro lado, se disminuyen los niveles de neurotransmisores y la persona empieza a tener pensamientos obsesivos”.

Estos sucesos orgánicos se manifiestan en síntomas como las famosas “mariposas en el estómago”, una sensación de revoltura o desasosiego que en la mayoría de las ocasiones no sabemos explicar.

Síntomas que enamoran

Pero mejor hablemos de los momentos bonitos que conducen a una persona. Si usted está pasando por ese proceso emocional es común que al ver a su media naranja tenga la siguiente “sintomatología”:

• Sentimientos de felicidad y bienestar.
• Frecuencia cardiaca y respiratoria en aumento.
• Sudor excesivo en las manos.
• Temblor en las piernas.
• Tics o movimientos involuntarios en su rostro y articulaciones (muchas veces no sabe qué hacer con sus brazos o manos y el nerviosismo lo hace jugar con el primer objeto que tenga en frente).

Todas estas sensaciones en el ser humano responden a reacciones químicas del organismo. La neurobiología ha podido establecer que las personas enamoradas son felices pero inconformes, pues quieren estar un 100% al lado de su pareja y un 75% enfocan sus continuos pensamientos hacia ella.

Esas “mariposas en el estómago”, de las que seguramente hemos oído hablar y en algún momento las hemos sentido, son parte vital de las sensaciones de nuestro cuerpo, como producto del accionar de la dopamina y la feniletilamina.

Así que no se preocupe si las siente: ¡son una sensación normal y muy placentera! Sin embargo, este es un sentir pasajero que apenas logra dominar llega hasta a desaparecer. Ahí es cuando viene la etapa desafiante y definitiva del verdadero amor y la buena convivencia con la pareja.

¡Enamórese para siempre!

En efecto, usted debe pasar a ese temido segundo plano ¡Sí, al de un amor duradero! Así que no deje escapar de la jaula del amor al único ser que podría darle felicidad como hombre o mujer, pues de lo contrario, se vería afectado por el síndrome de Tako-Tsubo, una miocardiopatía aguda reversible, capaz de producir los mismos síntomas de un infarto o más conocido como la “pena de amor”.

Más información
Vea síndrome de Tako-Tsubo en: http://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1850-37482009000300011
Más información en: http://www.semana.com/educacion/articulo/la-ciencia-del-amor/403295-3