Autora: Dra. Gilma E. Garrido

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Categorías: ActualidadMedicina Alternativa

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La era de la arquitectura sostenible.

La era de la arquitectura sostenible.

 Sin percibirlo, hemos pasado la mayor parte de nuestra existencia viviendo en ‘edificios enfermos’. Por fortuna, nuevos modelos de oficinas y viviendas, como los propuestos por la ecoarquitectura, están emergiendo en defensa del bienestar.

 Una gran parte de las tendencias de la medicina alternativa, apunta no solo a encontrar métodos de curación que lindan con lo natural, sino que también prevé la necesidad de encontrar maneras de vivir mejor, de una manera más saludable, previniendo las enfermedades antes de que ocurran. Ante esto, el espacio físico donde el hombre habita, ha de ser revisado bajo los mismos parámetros.

 Los maestros en materia de construcción dicen que no solo las personas se enferman, sino que los espacios también lo hacen. Es común ver oficinas y casas con espacios poco confortables, con malos sistemas de ventilación e iluminación e, incluso, con olores insoportables, es decir, espacios o ‘edificios enfermos’.

Todo esto ha llevado a que las personas vivan en lugares poco saludables que terminan por perturbar su salud; además de que el medio ambiente se ve altamente afectado.

Como una solución al problema, se están abriendo paso la llamada arquitectura sostenible o ecoarquitectura, que ya en realidad se constituyen en una política de creación de infraestructura apta para el bienestar y el buen futuro de la humanidad y del planeta Tierra.

Sonia Ayala, gerente ambiental de Marinas de Colombia SAS, y Esteban Martínez, arquitecto de Green Loop Ltda., creadores del proyecto Marina Puerto Velero (complejo náutico ubicado entre Barranquilla y Cartagena), explicaron a Equilibrium lo que se está haciendo en términos de vivienda.

“La arquitectura sostenible, también conocida como arquitectura sustentable, ecoarquitectura o construcción verde, se puede definir como una forma de diseñar y proyectar las edificaciones, con el fin de obtener construcciones más respetuosas con su entorno. Esto se logra a través de la optimización y maximización en el consumo de recursos”.

Así, gracias a iniciativas como Marina Puerto Velero, podemos decirles adiós a los ‘edificios enfermos’.

 Ventilación natural: mediante modelos computacionales y con los registros históricos de dirección y velocidad del viento, se realizan simulaciones para encontrar la disposición y tamaño de aberturas en fachada más adecuadas para garantizar la renovación continua de aire en los espacios y las condiciones térmicas más favorables asociadas a la velocidad del viento.

 Tratamiento de aguas residuales in situ: las aguas residuales que provienen de sitios como cocinas, baños, bar y spa, son tratadas en una planta de aguas residuales aeróbica (en presencia de aire). Allí se incorporan bacterias buenas y totalmente inocuas al ser humano y al hábitat, a través de las cuales se consigue una biodigestión total, sin formación de grasas, sin espumas, sin olores ni plagas en los alrededores de la planta. Una vez tratada el agua residual, se reutiliza para el riego de jardines y zonas verdes, generando, a su vez, un ahorro significativo en el consumo de agua potable.

Incidencia solar: en proyectos como Marina Puerto Velero (en zonas cálidas), resulta de gran importancia controlar la incidencia solar dentro de los espacios, y verificar el confort térmico para el usuario, sin que esto signifique un mayor consumo de energía. Para lograrlo, se realizan modelaciones energéticas y térmicas mediante procesos iterativos que permiten establecer las especificaciones de los materiales que se necesitan para las fachadas, la optimización de tamaños y orientación de las ventanas, así como la correcta orientación de los edificios, entre otros.

Implementación de energía solar fotovoltaica y eólica: la energía solar fotovoltaica es un tipo de electricidad renovable obtenida directamente de los rayos del sol. La energía eólica se obtiene del viento, es decir, por efecto de las corrientes de aire, la cual es transformada en electricidad. Son fuentes alternas de energía para lugares remotos. Se usan para alimentar innumerables aparatos autónomos, para abastecer de electricidad a refugios o casas aisladas. La ventaja de estos dos tipos de energía es que son renovables e ilimitadas.

Capacidad de ahorro: gracias a la forma en que opera la ecoarquitectura, uno de los beneficios más tangibles se da en términos de ahorro, beneficiando la economía de las personas, además de ser responsables con el medio ambiente: el 50-90% de ahorro en costos de desechos de construcción, el 30-50% en el consumo de agua, el 35% en emisiones de CO2 y el 30-50% en energía.

Oficinas de última generación

En el campo de las oficinas, Colombia viene fortaleciendo la construcción de ambientes más productivos y saludables para el recurso humano. En este sentido, una de las compañías que más experiencia tiene en este tema nos explicó de qué tratan las oficinas sostenibles. Juliana Fernández Carvajal, directora general de Arquitectura e Interiores, nos habló sobre las nuevas formas de construcción.

Materiales reciclados y renovables: se trabaja con materiales como el acero y el concreto que tienen un importante porcentaje de material reciclado. Con estos se pueden hacer diferentes elementos: escaleras, pisos, sillas, etc. Por su parte, también se hace uso de materiales renovables como el bambú, el cual se demora en renacer en un promedio de tres años (otras clases de árboles se pueden tardar hasta 50 años), lo que reduce el daño ambiental.

Materiales no tóxicos: las personas se suelen enfermar porque respiran sustancias tóxicas presentes en los ambientes laborales. Por ejemplo, las VOC son partículas que nadie ve, pero que son dañinas y se pueden encontrar en elementos como las alfombras. Por ello, se manejan elementos libres de VOC, así como pinturas libres de plomo y pegantes libres de tóxicos.

Iluminación natural y controlada por sensores de ocupación: se debe construir de tal manera que el ser humano pueda tener contacto con el mundo exterior y acceso visual a la luz. Así que la ubicación de las ventanas es una importante consideración. Por otra parte, el sistema de sensores permite que la luz se active solo cuando se detecta el calor de las personas, para evitar gastos innecesarios. Los ahorros llegan a ser del 30 al 40% en energía eléctrica.

Materiales GreenGuard: certificación americana que se le da a productos como los muebles de oficina y las alfombras. Este certificado los identifica como elementos verdes, libres de tóxicos.

Sistemas de transporte: en los ambientes sostenibles, no solo se trata de las estructuras, sino del entorno; por ello, en ciertas obras se instalan servicios alternativos de transporte, como bicicletas o patinetas a motor, para los empleados que necesitan trasladarse.

Deck y mesas con sello FSC: es un certificado para las maderas, que las ratifica como productos libres de tóxicos. Además, garantiza que los productores madereros son responsables con el medio ambiente al tener programas de rearborización y manejo adecuado del agua, entre otros.

Control de la temperatura y humedad: a través de sensores, se puede medir la temperatura del ambiente y el CO2 de la oficina. Cuando estos están altos o bajos, el sistema los estabiliza.

Vegetación con plantas nativas: al construir, se suele plantar o trasplantar vegetación que no es propia de la zona, por lo que va a requerir, entre otros, un mayor consumo de agua. Se trata, entonces, de usar plantas del hábitat para evitar gastos innecesarios.

Dato clave

Certificación Leed: la otorga el USGBC (Green Building Council de los Estados Unidos) y acredita a las edificaciones, interiores, edificios o casas de ser sostenibles, es decir, amigables con el medio ambiente y con la salud de las personas. Esta certificación es importante porque garantiza que una construcción es realmente verde.

Por: Paola Andrea Martínez Ocampo

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