Felicidad con responsabilidad

Ahora que se acercan las fiestas de fin de año te invito a ser parte de una campaña que, a manera de iniciativa, propone “elegir conscientemente qué regalo” y “elegir conscientemente qué compro”.

¿Qué significado le damos a “elegir conscientemente”?

Es elegir dándote cuenta del impacto que causarás a través del tiempo y el espacio, más allá del momento de comprar y entregar el regalo.

Preguntas clave que te darán la visión:

1. ¿Cómo puede afectar este regalo a otras personas?

En quien lo recibe:

✓ ¿Promueve experiencias que lo apoyan para crecer, ser feliz, ser libre? o ¿lo mueven a esclavizarse, a atontar su conciencia, a  quedar atrapado un espacio estrecho, rígido y oscuro, a ser dependiente y necesitado?

✓ ¿Alguien pierde algo para que yo obtenga esto? ¿Quién? ¿Un animal victimizado?, ¿un bosque devastado?, ¿un ser humano inequitativamente retribuido?

✓ ¿Alguien gana algo con que yo compre y regale esto? ¿Quién gana y qué gana?

✓ ¿Cómo me afecta o me puede afectar a mí dar este regalo, dar otro o no dar ninguno?

✓ ¿Es inteligente de mi parte lo que voy a pagar por este regalo, siendo quien soy y estando en dónde estoy?

✓ ¿Para qué hago este regalo? ¿De qué otras formas podría lograr este objetivo?

✓ ¿Estaré pretendiendo lograr algo de esta persona al darle este regalo?

✓¿De alguna manera, este regalo promueve o apoya algo que es contrario a mis principios o a mis valores?

2. ¿Cómo afecta al entorno esto que voy a regalar, en el corto, mediano y largo plazo?

✓ ¿Qué empaque tiene, cuál es su importancia y qué será de él al día siguiente?

✓ ¿De qué materiales está hecho, cómo afectó su elaboración o afectará su uso al planeta?

✓ ¿Es degradable, en cuánto tiempo?

✓ ¿Contamina mucho, poco o nada el aire, el agua, el suelo, el ambiente?

✓ ¿Qué utilidad tendrá luego, es durable, reutilizable, desechable?

✓ ¿Dónde, por quién y en qué condiciones fue elaborado?

En las fiestas de fin de año, convéncete: ¡felicidad no riñe con responsabilidad!

Quizá si dedicas un tiempo a esa persona a quien quieres dar alegría, puedes generar algo mil veces más emocionante que cualquier cosa que puedas comprar.

Claro, puede implicar un riesgo para tu imagen. Riesgo de que disminuya. Riesgo de que se vuelva gigante también. Simplemente confía en ti, en tu creatividad y en el sentimiento que te motiva a regalar. Seguramente alguna vez habrás hecho algo diferente o hasta loco y, sobreviviste.

Un reto mágico y luminoso

Ahora no solo sobrevivirás sino que quizá marques una ruptura en la forma en que te relacionas con las personas. Tal vez dejes de conectarte principalmente por medio del dinero. Y eso, en verdad, vale oro.

A ese sentimiento que te mueve a regalar, dale oportunidad de convertirse en una manifestación luminosa. ¡Ya se te ocurrirá cómo!

Ponle magia, locura, picardía, diversión, todo eso que a veces te das cuenta que falta en el mundo.

¿Sonríes de solo imaginarte haciéndolo? ¿De solo pensar en la cara que pondrá quien lo reciba? ¿Ves? ¡De verdad es mágico!

Y un reto, no menor: reducir el uso de la palabra comprar.

✓ Empieza a hablar de conseguir.

✓ Empieza a enseñar a los niños que lo que llegue a su vida no significa necesariamente dinero y más dinero. Piensa en esto.

La recomendación es: juega, gózate el riesgo. Quizá sentirás algo delicioso que ya tenías olvidado.

Por último, esta invitación, extendida una a una, individualmente, a las personas que conoces, puede por sí sola ser un regalo que impacte.

Con toda seguridad más de uno te lo agradecerá con un brillo en los ojos. Lo decimos porque lo hemos experimentado. ¡Es un regalo de dos vías!

Que tus regalos muestren ¡quién eres capaz de ser para esa persona!

Por Melba Ramírez
Fundadora y miembro de la junta directiva de la Asociación Nacional de Coaching (Ancoach)
Especialista en coaching con programación neurolinguística.

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