Autora: Dra. Gilma E. Garrido

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Categoría: En Consulta

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¿Es verdad que me engordo si dejo de hacer ejercicio?

¿Es verdad que me engordo si dejo de hacer ejercicio?

Son varios los mitos que la cultura popular asocia al ejercicio y al deporte. Muchos de ellos se relacionan con la producción de grasa si deja de practicar.

Pues bien, el doctor Brian Udermann, actualmente investigador en el Departamento de Ciencias del Deporte de la Universidad de Wisconsin-La Crosse en Estados Unidos, resolvió algunas de las creencias más comunes sobre esta actividad tan indispensable para mantener la buena salud.

Primer mito: ¿El músculo se convierte en grasa si usted deja de practicar ejercicio?

Falso. Lo que sí hace el ejercicio físico asiduo es ordenar a las células madre que se transformen en hueso en lugar de formar grasa, según se indicó en un reciente estudio de la Universidad McMaster. Y puesto que en la médula del hueso se forman las células sanguíneas, ejercitarnos aumenta el número de glóbulos rojos que circulan por nuestras arterias llevando oxígeno y nutrientes a todos los tejidos. Por el contrario, una vida sedentaria hace que la médula ósea se llene de grasa y de esta forma es más fácil padecer anemia.

Segundo mito: ¿Las mañanas son el mejor momento para hacer ejercicio porque se queman más calorías?

Según Udermann, quemamos exactamente el mismo número de calorías a las 5 de la mañana y a las 5 de la tarde; es más, el rendimiento físico suele verse reducido por la mañana porque la temperatura corporal está en su momento más bajo y los niveles de vitalidad y energía también. No obstante, algunos estudios sugieren que a esas horas sí podríamos quemar más grasa.

Mito tres: ¿Hacer deporte aumenta el apetito?

Al contrario: lo reduce. Estudios recientes revelan que correr aumenta la sensibilidad a la leptina, una hormona que liberan las células grasas para avisar que ha llegado el momento de dejar de comer. Además, el ejercicio físico aumenta la cantidad de amilina en la sangre, la cual minimiza la sensación de ayuno.

Mito cuatro: ¿El dolor muscular después del ejercicio desaparece bebiendo agua con azúcar?

Falso. Según explica Udermann, este tipo de dolor se debe a un daño muscular a nivel microscópico, y no a la formación del ácido láctico, como mucha gente cree; por lo tanto, tampoco es cierto que desaparezcan bebiendo agua con azúcar, asegura el especialista. Según ha comprobado el investigador, solo hay dos cosas que parecen prevenir mínimamente el dolor posejercicio: los estiramientos suaves y practicar actividad física ligera tras un ejercicio intenso, por ejemplo dar un paseo.

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