Autora: Dra. Gilma E. Garrido

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Dormir, la última estrategia para bajar de peso

Dormir, la última estrategia para bajar de peso

Dentro de los múltiples estudios que se han realizado para entender el aumento de la prevalencia de obesidad en el mundo, hay algunos que encontraron una relación entre la restricción de sueño y el aumento de los índices de obesidad. Aunque la principal causa de la obesidad seguirá siendo los malos hábitos alimenticios y la poca actividad física, siempre es bueno conocer todos los aspectos de nuestra vida que podamos mejorar.

De popular se cree que el dormir menos ayuda a tener mayor actividad durante el día por lo cual se consumen más calorías, pero este hecho es contraproducente pues quienes pasan más tiempo despiertos tienden a suplir las calorías extra que consumen pero en exceso creando un consumo neto positivo, engordando a la final. Además, la reducción de horas de sueño altera la producción de leptina y orexina. Estas hormonas son las encargadas de regular el apetito.

La leptina es producida por las células de grasa, o adipocitos, que acumulamos en el cuerpo. Cuando tenemos muchos adipocitos la producción de leptina es mayor y la señal que es enviada al cerebro es que tenemos suficientes reservas de energía y que se debe inhibir nuestro apetito. Cuando dormimos pocas horas o no tenemos un sueño reparador, no producimos suficiente leptina, por lo que no llegan las señales de saciedad al cerebro, y seguimos comiendo aunque no sea necesario para nuestro cuerpo.

La  otra hormona principalmente afectada es la orexina, esta es la encargada de generarnos ganas de comer. En este caso tenemos dos situaciones que afectan la acción de esta hormona. En primer lugar, esta hormona es inhibida por la leptina, y funcionan como un equipo diciéndole al cerebro cuando debemos comer y cuando el cuerpo ha tenido suficiente. Como mencionamos anteriormente, si la falta de sueño disminuye los niveles de leptina no habrá señal que le diga al cuerpo que tenemos suficiente comida por lo cual no se verá inhibida la orexina y seguiremos sintiendo la necesidad de comer. La segunda situación es en la que la orexina actúa directamente sobre el sueño, esta hormona está ligada con la vigilia, el estado de alerta. A mayor cantidad de orexina, nos mantendremos despiertos. Así, el dormir mal, sea por la causa que sea, no se produce suficiente leptina. Esto causa que la orexina no sea inhibida, por lo que comemos más y seguimos durmiendo poco por los mismos efectos de la hormona.

Es impresionante todo lo que algo tan sencillo, como dormir o no dormir, desencadena en nuestros cuerpos. Por esto, busca la manera de mejorar tu estilo de vida, esta vez de la forma más sencilla ¡durmiendo más! Organiza tu día para que siempre puedas tener tu espacio de descanso y si quieres mejorar tu calidad de sueño comunícate con tu médico biológico de confianza.

Más información:

Centro de Medicina Biológica y Estética Gilma E. Garrido
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