¿Cuánta sal puedo consumir al día?

Es bien conocido que una de las recomendaciones más populares en los cambios que debemos hacer en nuestra dieta es el reducir el consumo de sal. Lo que no sabemos es el por qué, cuánto podemos consumir o qué podemos hacer si todo nos sabe insípido.

El consumo de sal excesivo, muy común en nuestro estilo de vida, tiene implicaciones como el aumento de la presión arterial, la retención de líquidos en el cuerpo, y compromete la función de los riñones, entre otros. La pregunta ahora es, ¿cuánto deberíamos consumir de sal? La OMS recomienda un consumo menor a cinco gramos de sal al día. Este es el equivalente aproximado a una cucharadita de sal. Aunque no es una medida muy precisa, algunos de ustedes ya están pensando que esa cantidad la consumieron incluso antes de las 10 de la mañana.

No se asuste, no deje de consumir sal de forma definitiva. Nuestro cuerpo necesita el sodio, un componente de la sal, para funcionar correctamente. Recuerde que los excesos son malos, en este caso aplica para los dos extremos de la balanza.

¿Cómo comer la cantidad recomendada de sal?

1. Prefiera la comida hecha en casa. De esta forma usted puede controlar la cantidad de sal con la que cocina. Los alimentos procesados suelen contener una alta cantidad de sal para su conservación. El queso, el jamón y el pan son algunos alimentos que consumimos con frecuencia pasando desapercibido su alto contenido de sal.
2. De no ser posible que la mayoría de alimentos sean preparados en casa, lea las etiquetas. No todo lo que dice “bajo en sodio” en realidad lo es. Recuerde que lo ideal son menos de 5 gramos al día, haga sus compras según esta indicación.
3. Economice la ración diaria de sal. No desperdicie esos pocos gramos en alimentos procesados, mejor consuma frutas frescas o frutos secos como bocadillos. Así podrá condimentar sus comidas principales más a su gusto y mantenerse dentro del rango establecido.
4. Por último, el punto que más nos tortura a todos, el sabor. Lamentablemente no tenemos un sustituto, pero los cambios graduales y progresivos harán que aproveche los sabores que los alimentos tienen por ofrecerle. La otra alternativa es aumentar el consumo de alimentos crudos, como las frutas y verduras que tienen sabores fuertes sin necesidad de condimentos.

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