Autora: Dra. Gilma E. Garrido

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Categoría: Medicina Natural

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Belleza y salud con la Medicina natural

Belleza y salud con la Medicina natural

Un buen maquillaje, una deliciosa loción, un aromatizado champú, forman parte del abanico de productos cosméticos que se han abierto campo en el área del cuidado y la belleza, con el valor agregado de ser 100% naturales, atractivos e innovadores.

Se trata de productos que buscan el bienestar de los sentidos, pero al mismo tiempo son amables con el ambiente, biodegradables, respetan la integridad de los seres vivos (no adelantan ensayos o pruebas con animales) y no tienen componentes tóxicos que puedan afectar la salud del usuario.

Bajo este concepto de ‘belleza verde’, actualmente en el mercado se puede conseguir una variedad de cosméticos cuya industria ha dado el gran salto de tener como base ingredientes químicos a darle este lugar protagónico a los frutos de la naturaleza junto con todas sus bondades. Por eso, hoy por hoy, los principios activos de estos productos son, entre muchos otros, la almendra, el aguacate, la manzanilla, el aceite de oliva, las esencias florales, el aceite de argán, la uva, las semillas y bayas o la papaya.

“La cosmética natural no debe ser más que una forma saludable de cuidar nuestra salud, higiene y belleza. Así resulta más armoniosa con nosotros y con el planeta. Debe ser un complemento para vivir con buena calidad”, asegura Enrique Sanz, aromatólogo, cosmetólogo y codirector de Laboratorio Apsara Vital.

Los conceptos ‘naturales’ del cosmético

Por tratarse de productos únicos e innovadores, la cosmética natural cuenta con ciertas características que la distinguen de la cosmética convencional:

1. Basa su elaboración en el empleo de plantas y extractos.
2. En muchos casos no ofrece ni color ni aroma, puesto se evita el uso de colorantes o concentrados aromáticos químicos.
3. Contiene materias primas que siempre varían en su composición, textura, color, etc.
4. Ofrece un tiempo de vigencia más corto que los cosméticos tradicionales puesto que son conservados con sustancias más suaves y naturales.
5. Está compuesta, en una proporción superior al 90%, por materias primas de origen vegetal o mineral, no animal.
6. Evita utilizar en su producción sustancias dañinas para la piel y la salud.
7. Elimina en su fabricación colorantes y modificadores del aspecto externo (textura, densidad, etc.) químicos.
8. Prefiere esencias puras que dan un aroma natural. Tampoco son admisibles olores reconstituidos o copias artificiales de los aromas originales de sus materias primas esenciales.
9. Exige no ser probados en animales.
10. Es respetuosa con el entorno y el medio ambiente.

La base de los productos

Los conceptos fresco, natural y orgánico recogen la esencia de la cosmetología natural. Por eso, muchos de los procesos mediante los cuales se elabora este tipo de productos son artesanales. Su base proviene de zumos de frutas y verduras extraídos a mano; productos orgánicos y cosechas artesanales. En el mercado existen, por ejemplo, perfumes, jabones, maquillaje, aceites, geles, lociones, cremas, champú y líneas completas de tratamiento para el cabello, exfoliantes y tónicos.

Marcas de la “cosmética verde”

Estos son algunas de las empresas que ya incursionaron en el mercado de la ‘cosmética verde’:

Tata Harper: libres de petroquímicos.

Natura: productos naturales y autosostenibles. Sus materias primas provienen de la selva amazónica, y el asesoramiento y orientación, de las comunidades indígenas de la región.

Dr. Hauschka: tratamientos holísticos; utilización de insumos provenientes de granjas especializadas.

L’Occitane, Weleda y Pangea: casa de cosmética natural de alta gama procedente de las riveras francesas.

The Body Shop, Urban Decay, Burt’s Bees: cosmética natural a precios más asequibles.

Cosméticos caseros y naturales

Algunos ‘cosméticos verdes’ pueden fabricarse en casa. Aquí, un listado de los más comunes:

Aceite de jojoba: sirve como humectante facial, acondicionador de piel seca, aceite de baño, loción para después de la afeitada, loción de manos, desmaquillante, para antes y después de tomar el sol y como aceite para masajes.

Albaricoque: se puede utilizar en mascarillas para el cuidado de la piel debido a su alto contenido de vitamina A y de hierro vegetal. Su aceite es efectivo en el tratamiento de las estrías y las arrugas.

Almendra: contiene proteína para reconstruir la piel, el cabello y las uñas. Se puede usar como loción facial, ya que alisa y cuida la piel seca. Aplicar gotas de aceite de almendra sirve para endurecer las uñas.

Áloe vera: contiene sustancias con propiedades emolientes y curativas que renuevan la piel. Por ello, se pueden usar los cristales que contienen sus hojas, a manera de gel, y aplicarlos directamente sobre la piel para reducir las arrugas.

Avellano: sus hojas se usan con fines estéticos debido a sus propiedades astringentes y tonificantes.

Arcilla: se utiliza especialmente la arcilla blanca en baños depurativos y mascarillas faciales, en tratamientos para los senos, para cerrar los poros y para endurecer la piel flácida. La arcilla finamente molida también sirve para limpiarse los dientes. Se puede perfumar con poleo o alguna otra hierba aromática.

Arroz: los granos secos y reducidos a polvo se utilizan como polvos faciales.

Avena: se puede usar como limpiador facial, mascarilla o gel debido a que la avena es muy nutritiva para la piel. Igualmente, puede emplearse como exfoliante, pues ayuda a desprender suavemente las capas de células muertas y contribuye a la renovación de los tejidos.

Azúcar: se emplea frecuentemente como un exfoliante en conjunto con el limón. Igualmente, se puede usar como crema limpiadora para la cara y las manos.

Calabaza: al ser rica en caroteno (provitamina A) y minerales, es usada en forma de puré para cubrir las áreas con quemaduras de sol; combate también los problemas de la piel (soriasis, urticarias, dermatitis, etc.).

Cebada: se usa para desinflamar los ojos y la piel en general.

Coco: se puede elaborar un excelente acondicionador para el cabello seco, lociones bronceadoras y ungüentos para labios. Con su leche se pueden crear jabones y cremas hidratantes, ya que ayuda a combatir arrugas e imperfecciones de la piel.

Fresa: se puede elaborar un exfoliante de fresa con solo pasar un par de ellas sobre el rostro. Es, igualmente, eficaz en caso de quemaduras solares y para la limpieza de la boca. Si se tiene acné se puede preparar un puré de fresas y aplicarlo sobre las áreas afectadas.

Manzana: tiene propiedades refrescantes, fortalecedoras y antiarrugas. Rejuvenece los tejidos. Se cuece, se centrifuga y se aplica con un pincel sobre la piel a modo de mascarilla o emplasto.

Huevo: se puede elaborar un champú con una o dos yemas de huevo diluidas con un poco de agua tibia. Esta mezcla se aplica al cabello, se frota y se deja reposar unos minutos antes de enjuagarlo.

Miel: se considera un ingrediente esencial para los cuidados básicos de la piel. Se mezcla con yogur o huevo para nutrir, hidratar y calmar.

Papa: cocida y machacada sirve para hidratar las pieles secas e irritadas. Se aplica como mascarilla. El agua donde se cuece este tubérculo puede utilizarse para hidratar las manos sumergiéndolas en ella durante un cuarto de hora.

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