Autora: Dra. Gilma E. Garrido

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Categorías: En ConsultaMedicina Natural

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Asma, llegó la hora de replantearlo

Asma, llegó la hora de replantearlo

El asma es considerada una de las enfermedades crónicas alérgicas más comunes tanto en niños como en los adultos de todo el mundo. Se caracteriza por la crisis de broncoespasmo (obstrucción bronquial), la presencia de tos, producción exagerada de moco, y dificultad respiratoria progresiva de severidad variable.

Aunque la predisposición genética es claramente evidente, hay que reconocer que esta enfermedad crónica se ha convertido en un problema de salud pública importante, y que las terapéuticas convencionales fallan en el control de las recurrencias y exacerbaciones de las crisis, así como en la recuperación de esta enfermedad.

El poco control sobre el uso de corticoides y/o broncodilatadores, así como las reacciones adversas secundarias al uso crónico de los medicamentos, sumado a las causas de base de la enfermedad, que inducen la continua actividad de la respuesta alérgica e inflamatoria sistémica y que, a futuro, pueden generar en el paciente daños permanentes, reflejados en el inadecuado funcionamiento pulmonar o la aparición de enfermedades concomitantes, tales como dermatitis atópica, urticaria crónica o rinitis alérgica, entre otras, no es un panorama alentador.

Dadas las circunstancias, y a la luz de los avances científicos realizados recientemente en lo que respecta al origen de la enfermedad fisiopatología, se obliga a los médicos, en especial pediatras y neumólogos, a revisar y buscar nuevas medidas terapéuticas, entre ellas la medicina natural, que realmente combatan las causas de base.

Respuestas ante la baja satisfacción

En una reciente revisión publicada en el Journal de Tórax (2009), se hace énfasis en que, aunque las medicaciones utilizadas para el control de esta enfermedad crónica funcionan durante las crisis, el impacto sobre las condiciones de los pacientes, a largo plazo, es pequeño.

En parte, esto puede deberse al abandono de las terapias, derivado del miedo o disgusto que sienten los pacientes por los medicamentos; sumado a la pobre respuesta; la falta de claridad sobre la enfermedad que padecen sus niños o familiares; la dificultad para acceder a un adecuado sistema de salud, el costo alto de los tratamientos; la fragmentación que se hace del paciente en cuanto al cuidado de su enfermedad; o bien los factores psicosociales que se relacionan estrechamente con la aparición de las crisis asmáticas.

Se están efectuando grandes esfuerzos para desarrollar productos que inhiben la cascada inflamatoria a diferentes niveles, los cuales, a mi juicio, tendrían grandes consecuencias sistémicas no solo secundarias a su uso, sino también por las posibles reacciones derivadas del bloqueo de factores esenciales en la cascada de la inflamación, que a su vez llevarán a riesgosas consecuencias: en términos de susceptibilidad, a infecciones, aparición de neoplasias, inmunodeficiencias secundarias, etc.

Los cambios en el manejo del paciente con asma deben iniciar con una adecuada comunicación entre el paciente y el profesional de la salud; identificar posibles causas que no han permitido su correcto control, revisar su nutrición, y motivar una apropiada adherencia al tratamiento mediante una satisfactoria relación médico-paciente.

Se requiere, igualmente, un enfoque multidisciplinario e integral que permita orientarnos, por un lado, en lo que respecta al pulmón, los ácaros, el polvo y las medidas ambientales que usualmente tratamos de modificar.

Y, por otro lado, y más importante aún, un enfoque que tenga en cuenta factores tales como la nutrición inadecuada, el mal funcionamiento intestinal, los procesos inflamatorios de la mucosa o trastornos emocionales derivados de la propia estructura del paciente (estrés, miedos, personalidad, etc.) o de los problemas de su entorno a nivel escolar, familiar, laboral, etc., así como la modificación de sus hábitos.

Biorregulación natural: el enfoque futuro

El enfoque futuro del paciente asmático requiere, como se menciona en muchas revisiones de la literatura científica, una aproximación holística o integral, con el fin de encontrar herramientas preventivas y terapéuticas funcionales desde el punto de vista de la biorregulación y la medicina natural.

De esta manera, se resta toxicidad adicional derivada de los medicamentos químicos, y se aumenta la posibilidad de hallar la base real de la enfermedad, previniendo el posible desencadenamiento de ésta y otras enfermedades alérgicas.

La medicina integrativa y de biorregulación, con bases científicas, permite utilizar medicamentos naturales para el control del asma, que favorecen una apropiada modulación del sistema inmunológico con resultados sorprendentes frente al control de las crisis o la aparición de broncoespasmo. Así mismo, facilitan los mecanismos naturales de reparación a nivel del tejido pulmonar, evitando la remodelación inadecuada que se observa en el paciente asmático crónico.

La nutrición, el correcto funcionamiento intestinal y la desinflamación de las mucosas (tejido de la nariz, del intestino, de la vagina, etc.) permiten una recuperación más rápida y un control de las exacerbaciones a largo plazo, incluso con mejoría del estado de salud de manera permanente.

El origen del asma como síntoma, puede ser desencadenado por diferentes factores, dependiendo de cada paciente, lo que sugiere una terapia individual y diferente para cada individuo. Debemos olvidar los protocolos o esquemas rígidos de tratamiento.

La medicina convencional debe, en general, regresar al concepto de individualidad tanto del paciente como de la enfermedad, y retomar la dignidad del ejercicio médico en aras de ofrecer a nuestros pacientes el tiempo y el esfuerzo necesario para lograr su recuperación.

Por: Edda Medina C.
Médica y cirujana general, Universidad El Bosque; pediatra intensivista,

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