Artritis reumatoide (AR): ¿cómo recuperar el movimiento de manera biológica?

La artritis reumatoide es una enfermedad altamente incapacitante, capaz de limitar el movimiento del cuerpo y deteriorar la calidad de vida de quienes la padecen. Entre el 15 y el 20% de los pacientes con AR experimentan al inicio de la enfermedad síntomas inespecíficos como:

• Fatiga
• Malestar
• Fiebre baja
• Pérdida de peso
• Molestias músculo-esqueléticas confusas.

Las enfermedades que alteran el movimiento corporal son las responsables de la mayor incidencia de discapacidad en Colombia. De acuerdo con cifras del Registro de Localización y Caracterización de Personas con Discapacidad (RLCPD), del Ministerio de Salud y Protección Social, cerca de un 48% de ellas tienen alguna insuficiencia con el movimiento.

Conózcala
La artritis está clasificada dentro de las llamadas enfermedades autoinmunes, es decir el sistema inmunológico presenta una alteración que hace que ataque al propio organismo, dañando tejido sano y provocando inflamación en el revestimiento de las articulaciones. Esta patología también puede afectar otros órganos y causar graves dificultades cardiovasculares, dermatológicas, neurológicas, respiratorias, vasculares y oftálmicas.¹

Generalmente, a medida que avanza la enfermedad se van presentando síntomas más definidos, tales como:

• Dolor articular leve.
• Rigidez articular (matinal en la mayoría de los casos).
• Fatiga.
• Debilidad de los músculos aledaños a las articulaciones afectadas.

Estos síntomas se desarrollan durante meses y el diagnóstico puede tardar varios años. Por esta razón es de vital importancia que las personas que presenten algunos de estos síntomas acudan al médico para obtener un diagnóstico oportuno y de igual manera una terapia que evite la progresión de la enfermedad.

Así se expresa
En la etapa avanzada se pueden presentar desviaciones y deformaciones en los huesos de las manos, las rodillas o los pies, generando limitaciones en el movimiento y por consiguiente altos niveles de discapacidad en el paciente.

Según el estudio realizado en el año 2010 por parte de la Fundación Saldarriaga Concha, “en cualquiera de las etapas del ciclo vital, una persona puede perder su capacidad para intervenir en los ámbitos de la vida cotidiana, o para operar con autonomía; su independencia, su capacidad para el autocuidado y para mantener ciertas responsabilidades a nivel familiar o social”.

Tratamiento con medicina natural

Fitoterapia, medicina ortomolecular y régimen dietético forman parte de las múltiples alternativas para combatir las enfermedades reumatológicas de manera natural, este tipo de manejo terapéutico es altamente efectivo para devolverle al paciente su calidad de vida.

“Necesitamos una mirada global que analice el estado nutricional y que favorezca los procesos bioquímicos a través de los controles moleculares; todo eso lo ofrece la medicina integrativa”, asegura el doctor Arturo O’Byrne, especialista en medicina biológica y homotoxicología.

Fitoterapia

Con las plantas medicinales se accede a tratamientos específicos muy eficaces, los cuales brindan una solución rápida que conlleva una vida sin dolores y llena de esperanza. Algunas de estas plantas son.
Heno y oliva: las compresas calientes con flores de heno y aceite de oliva ayudan a reducir la inflamación y controlar el dolor.

Arcilla: las cataplasmas locales de arcilla se utilizan desde la antigüedad para limpiar la sangre y normalizar la temperatura interna.

Harpagofito: de gran utilidad en todo tipo de procesos reumatológicos, inflamaciones en general y trastornos digestivos. Su uso permite sustituir o reducir la dosis de corticoides, fenilbutazonas y otros antirreumatoides.

Regaliz: además de su acción antiulcerosa y antiespasmódica tiene poder edulcorante, expectorante, antitusivo y cicatrizante. Demostrada acción antiinflamatoria y antibacteriana.

Otro de los tratamientos recomendados es la hidroterapia.

Dieta

El tratamiento de la artritis reumatoide avanzada exige un régimen alimentario muy riguroso para obtener resultados positivos, aunque estos sean a largo plazo muchas veces. Los especialistas sugieren una dieta rica en:

• Alimentos integrales
• Verduras y fibra

Y baja en:

• Azúcar
• Carnes rojas y embutidos
• Harinas refinadas
• Grasas saturadas.

Se recomienda:

• Comidas altamente vegetarianas.
• Alimentos en un 50% crudos (zanahorias, apio, puerro, cebolla, pimiento, ajo, col, lechuga, tomate, etc.).
• Abstenerse de ingerir leche, huevos, quesos, garbanzos y arvejas secas.
• Conviene la realización de algún tipo de ejercicio moderado para mantener la funcionalidad y la flexibilidad de las articulaciones.
• Consumir abundantes vegetales como alcachofa, berro, apio, puerro, rábano, col, espárrago, zanahoria, aguacates, manzana, pera, fresa, frambuesa, cereza.
• En cuanto a carnes, solo se recomiendan pescado de agua fría (caballa, arenque, sardina y salmón).

Estos alimentos:

• Reducen la actividad inflamatoria.
• Protegen del daño de los radicales libres.
• Ayudan a regenerar el cartílago.

Medicina ortomolecular

Esta disciplina considera que las enfermedades se producen por desequilibrios moleculares que se pueden corregir mediante la administración de las moléculas nutritivas que permitan el mantenimiento de la salud celular.

Partiendo de esta premisa, la medicina integrativa combina lo más efectivo de la medicina convencional, con el tratamiento holístico individualizado y suplementos naturales que ayudan a la regeneración del cartílago dañado y trabajan en la reparación de los daños que causa el dolor de la artritis.

Más información
www.holistika.net
www.saludyfitoterapia.es
www.saludbio.com
[1]http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/esp_imagepages/17128.htm