Álvaro Luciano Ramírez: pasos de gigante

Por: Pamela Díaz

Celebrar goles es lo usual en un país como el nuestro. Los hoyos en un campeonato de golf, no tanto. Pero con el histórico triunfo de Camilo Villegas en la BMW Championship, el primero de un colombiano en la PGA, la cosa cambia.

Uno de sus fieles seguidores es un adolescente que vive, entrena, respira y ama el golf.

Con apenas 14 años de edad y siete de experiencia, Álvaro Luciano Ramírez Garrido emprende su carrera como golfista. Es un apasionado por el deporte y su día a día se desarrolla entre el colegio, gimnasia, body coach y golf, mucho golf.

Piernas, brazos y espalda es lo que un golfista debe fortalecer en su aspecto físico para evitar desgarres y tener el swing propio de los atletas de altura, de campo.

De 18 a 36 hoyos, dependiendo del campeonato o entrenamiento, les exige una formación física con disciplina.

“Normalmente, al día entreno tres horas, después del colegio, y para ser un deportista con nivel tengo que ejercitarme en el body coach. Dos veces a la semana hago natación y en las noches hago las tareas escolares”

-Asegura el deportista, que habla con una experticia que un niño de su edad muy seguramente no tendría.

Quienes piensan que el golf es un deporte que aparentemente no exige un excelente estado físico, considerándolo una disciplina para personas adultas ya pensionadas, están errados.

Fortalecer el área de los brazos, hombros, piernas, lumbar y darle buen soporte a los codos es lo más importante.

Deportistas de alto rango, como Juan Pablo Montoya, quien realizará el Torneo de golf fundación fórmula sonrisas y es para adultos y menores en el mes de noviembre, junto a Camilo Villegas, serán promotores de jóvenes deportistas que quieran tener como profesión esta disciplina, tal como Álvaro Luciano Ramírez.

“Ser el mejor estudiante sin perder nivel”. Ese es el lema de Ramírez, quien aspira salir del país a participar en torneos internacionales como Tiger Woods.

Un sueño que se está acercando ágilmente a la realidad manteniendo el rendimiento que se exige él mismo a diario.

Los putter, los hierros, las maderas, los wedges, el green, hole y los caddies son algunas de las palabras que hacen parte del vocabulario diario de Álvaro Luciano, de las cuales entiende, aprende y disfruta desde niño.

“Al principio, mis padres me obligaban a jugarlo, ahora soy yo quien no quiere salir del campo”, es su mundo y, como él mismo lo dice: “Estar en el campo me despeja la mente”.

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